El Girona también sacó partido de la debilidad de la Sociedad Deportiva Huesca en casa y arrancó un punto del estadio de El Alcoraz, que sigue sin ver ganar a su equipo en la temporada de su debut en la máxima categoría.
A la tercera tampoco fue la vencida para el conjunto altoaragonés que deseaba, por fin, festejar su primera victoria en la máxima categoría en su estadio y que sus parroquianos vieran ganar a los suyos en el remodelado estadio de El Alcoraz.
Los azulgranas hincaron la rodilla ante el Rayo Vallecano y la Real Sociedad en los dos primeros encuentros en los que no merecieron perder y en los que pagaron el duro peaje de ser un recién llegado a la máxima categoría, algo que ha tenido su continuidad frente al conjunto gerundense aunque de manera más atenuada.
El equipo oscense sumó un punto, a diferencia de los dos encuentros anteriores, pero que no le sirve para aliviar su delicada situación en la clasificación y que hace que se debilite todavía más la figura de su técnico, Leo Franco, tras seis jornadas sin ganar en las que ha acumulado cuatro derrotas y dos empates.
Sin hacer nada del otro mundo los equipos que visitan El Alcoraz han sido capaces de sacar provecho de la endeblez local, de sus pocas ideas ofensivas y de su casi nula efectividad rematadora. En esta ocasión el protagonista del partido fue el VAR, que cambió en dos ocasiones el criterio del colegiado y que supuso sendos penaltis que se transformaron.
El juego comenzó con mucha pelea en el centro del campo donde ambos conjuntos acumulaban efectivos aunque eran los hombres de Eusebio Sacristán los que mantenían más tiempo la posesión del balón. A pesar de ello, ni catalanes ni aragoneses encontraban los caminos al área rival porque había demasiados obstáculos en forma de acumulación de jugadores.
De hecho, si hubieran desaparecido las áreas nadie lo habría notado porque estuvieron prácticamente inéditas. Era un juego más a no perder que a intentar ganar esperando una oportunidad. Quedaba mucho tiempo por delante y nadie quería ir por detrás en el marcador de inicio.
De entre el juego insulso y aburrido y la nada apareció la experiencia del uruguayo Christian Stuani para caracolear entre tres contrarios y sacar una falta en el minuto 37, que en principio el colegiado marcó al borde del área, pero que el VAR corrigió para transformarlo en penalti el propio punta sudamericano poniendo en franquía a los suyos a lo Panenka.
Tras el tanto gerundense se repitió la historia de partidos precedentes, el equipo de Leo Franco, obligado por el resultado, se estiró, perdió los miedos y, aunque desordenado, pisó permanentemente el campo rival.
El empuje azulgrana no permitió agobiar a su oponente pero sí tuvo la opción de haber movido los guarismos del marcador ya que un gran remate de "Chimy" Ávila en el área fue rechazado con una mano salvadora por el cancerbero visitante Yassine Bounou "Bono" en el minuto 39. La diferencia en los primeros 45 minutos había estado, como ya había ocurrido antes, en la efectividad.
El conjunto catalán había aprovechado su oportunidad y el Huesca no. Contrariamente a lo que había ocurrido en los dos partidos anteriores en El Alcoraz el conjunto oscense regresó de vestuarios sin ideas, sin empuje y aparentemente sin fe.
Frente al Rayo y a la Real Sociedad, con fuerza y corazón, logró dominar el juego y generar ocasiones, aunque sin creación, pero contra un Girona equilibrado se había esfumado cualquier atisbo de dominio y de perforar la portería.
Sin embargo, y como había ocurrido en los primeros 45 minutos, pero en este caso al revés, una falta cometida sobre Moi Gómez en el minuto 71 fue marcada fuera del área por el colegiado, pero nuevamente el VAR le enmendó la plana para irse los propietarios del terreno al punto fatídico e igualar las cosas por medio del capitán Gonzalo Melero.
El gol revivió a Huesca moribundo que recibió un subidón de adrenalina y que a la desesperada trató, con corazón y acciones individuales, de ganar pero fueron nuevamente fuegos de artificio ante un rival que pasó por ciertos apuros pero que supo solventar la papeleta para arrancar un punto.