Sanabria y Pires disputan el balón en el Leganés - Sevilla

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IDA SEMIFINALES COPA DEL REY | LEGANÉS 1 - 1 SEVILLA

Leganés y Sevilla dejan el pase a la final de la Copa del Rey para el Sánchez Pizjuán

El Sevilla cogió una ligera ventaja ante el Leganés en la ida de la semifinal de la Copa del Rey. El gol de Muriel en la primera parte, igualado por Siovas en la segunda mitad, hace que todo se tenga que decidir en la vuelta en el Pizjuán.

Leganés y Sevilla se anularon en Butarque (1-1) y dejan para el partido de vuelta el desenlace de la eliminatoria de semifinales de la Copa del Rey que enfrenta a ambos conjuntos. Decidió Garitano dar continuidad a los 'héroes' del Bernabéu con un par de modificaciones.

Raúl García ocupó el lateral izquierdo en detrimento de Diego Rico mientras que el brasileño Gabriel adelantó su posición hacia el sitio de Eraso. Este último fue al banquillo, formando Gumbau en el centro del campo junto a Brasanac. Por su parte Montella siguió en su línea, apostando por el mismo once que exhibió en la vuelta de cuartos de final contra el Atlético de Madrid.

Idéntico, también, al que se vio ante el Getafe en la última jornada liguera con la única novedad de Muriel por Ben Yedder. En el banquillo los fichajes invernales Roque Mesa y Layún. Desde el arranque se vio al Sevilla con ganas de llevarse un buen resultado al enfrentamiento de vuelta como ya sucediera en las eliminatorias anteriores.

Intimidante e intenso, impuso un ritmo muy alto que incomodó al rival. Incluso pudo adelantarse a los tres minutos en un saque de esquina que no culminó Mercado. El susto sirvió de estímulo al Leganés, cuya idea era no encajar goles y obtener provecho de lo mucho o poco que tuviera en la ofensiva.

Marcó Muriel y empató Siovas

Sin embargo, una de sus incursiones iniciales en área contraria pudo costarle un disgusto cuando los visitantes armaron una contra acto seguido de un córner y Banega mandó el balón fuera. Se entendían bien los sevillistas en ataque, moviendo el esférico en campo contrario con velocidad y precisión.

Las vertiginosas conducciones de Sarabia hacían sangrar a la zaga y Muriel dio un aviso cuando remató un esférico que se había paseado por delante de la portería, sacándolo Gumbau desde el suelo cuando olía a gol. Se le escapó en esa al colombiano, pero poco después acabó celebrando.

Una pérdida de Beavue en la medular y la posterior transición andaluza dejó en situación de dos para dos a Sarabia y al propio Muriel con Bustinza y Siovas. Abrió el primero y definió el segundo de tiro cruzado. La diana valía oro porque daba serenidad y era un excelente escudo contra cualquier estocada rival.

Porque el Leganés también se acercó a puerta al capturar Beauvue un balón muerto, pegándole ajustado pero por encima del larguero. De ahí al descanso, el Sevilla pudo ampliar la ventaja. Un tiro de Correa desviado por Brasanac se fue cerca del palo. Y en un saque de esquina tuvo que aparecer Champagne para demostrar que parte del 'milagro' copero blanquiazul lleva su nombre.

El Pizjuán dictará sentencia

Lo hizo volando para sacar el zapatazo de Lenglet tras un despeje y arrojándose valiente al suelo en el posterior rechace. Necesitaban un revulsivo los blanquiazules y del vestuario volvieron con Eraso en lugar del amonestado Brasanac. A ese cambio de piezas se le sumó una mentalidad más valiente y el traje de gran competidor que le ha permitido llegar donde nunca antes lo había hecho en su historia.

Con garra y también algo de orgullo el equipo dio un paso hacia adelante pese a la adversidad. Y lo vio recompensado aunque para ello tuviera que sonreírle la fortuna gracias infortunio del guardameta Sergio Rico. El portero cobró protagonismo en lo negativo al intentar despejar en el segundo palo un balón aéreo procedente de un córner.

No acertó en su idea y Siovas, casi sin querer, acabó tocándola de cabeza rumbo a las mallas. Emergió entonces de nuevo el mejor Sevilla, el que carburó durante el periodo inicial. Cómodo en la contra, vertical, hábil a la hora de encontrar los pasillos interiores pese a no renunciar al juego abierto.

En ese tramo Banega dispuso de la más clara, pero su intento se perdió por la línea de fondo. Aún así, fue el Leganés quien se mostró más voluntarioso durante el cuarto de hora que servía como colofón a la cita. Arrojo sin finalización que impidió romper la igualada. El Sánchez Pizjuán dictará sentencia.

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