España empequeñeció a Suecia en el Santiago Bernabéu, lanzada hacia la Eurocopa 2020 con su pleno de triunfos, en un partido trabajado que decantó el liderazgo y la eficacia de Sergio Ramos en el lanzamiento de penaltis, para acabar goleando y acelerar hacia su presencia en una nueva gran cita.
El presente de la selección española está necesitado de grandes triunfos que devuelvan la ilusión. El batacazo del Mundial aún se acusa y el camino a la Eurocopa 2020 no ilusiona. El encuentro más duro del grupo, ante Suecia, invitaba a rememorar viejas gestas en el Santiago Bernabéu, pero el ambiente no fue de fiesta, alejado del día de Italia camino de Rusia.
El resultado, igual de importante. Con el liderato de grupo en juego, llegó un golpe de efecto en la portería. De Gea, marcado desde el Mundial, cedió el testigo a Kepa. Era el portero de Luis Enrique, pero su falta de seguridad le acabó pasando factura tras un periodo de rotación. Es una decisión de autoridad que muestra que el actual cuerpo técnico no se casa con nadie y premia momentos, aunque con ello reabra un debate en la portería que estaba cerrado desde que Iker Casillas dejó de contar.
Lo bueno para España es que Kepa fue un espectador. Un balón a la grada mostró su nerviosismo en un día especial, pero Suecia no llegó. Solo un disparo centrado blando en el segundo acto. Su cartel de cuartofinalista del Mundial infundía tal respeto que hasta Robert Moreno le daba el favoritismo en la víspera. Exagerado. La realidad fue un planteamiento rácano.
Salió a no encajar y llevarse un punto defendiendo. Solo un error, como el cometido en un desajuste defensivo a los 5 minutos, les daría opción de inquietar con juego directo a Berg para que rascase lo que pudiese. Se topó con la jerarquía de Ramos, firme para cortar los intentos de contragolpes suecos tras ser homenajeado por su récord mundial de victorias. Y presente en área rival para cerrar el primer acto con una chilena.
Entre medias, a España le faltó fútbol en el primer acto. Lo agitó Fabián, con su movilidad y verticalidad. Un disparo rumbo a la escuadra, tras recorte en la frontal, provocó la primera parada de Olsen y dos minutos de furia. España llegó cuatro veces seguidas con diferencia de segundos entre cada ocasión.
Olsen, firme, con una buena parada abajo a disparo ajustado de Parejo, rápido de reflejos ante el testarazo de Ramos y respondiendo al golpeo de Isco. El esfuerzo sin premio acabó con un tanto anulado a Rodrigo por posición dudosa de Parejo. Un partido sin VAR y pierde el fútbol. Una lesión de rodilla de Johansson lo enfrió todo. España no volvió a enchufarse hasta los últimos compases del primer acto.
Isco y Marco Asensio, tras una temporada irregular en el Real Madrid y titulares el día clave con España, no aparecían con continuidad. Faltó elaboración y Rodrigo sintió la impotencia del punta de la Roja en el pasado. Solo en la pelea ante un muro. Una isla. La reanudación no hizo más que confirmar el monólogo de la Roja. Línea defensiva en tres cuartas partes del campo.
El juego en 20 metros y Suecia, con una distancia eterna hacia área rival, se limitó a achicar balones como pudo mirando de reojo el paso del tiempo. España la acribillaba a saques de esquina, hasta quince en una hora. Se agotaba la estrategia sin premio y el tiempo de Asensio en el campo, cuando llegó la jugada clave.
Morata esperaba en una banda para aumentar la presencia de delanteros en el área, cuando un córner en corto provocó el centro de Marco que se estrelló en el brazo separado del cuerpo de Larsson. Ramos, con pleno de efectividad esta temporada en el lanzamiento de penaltis, no perdonó el día del cierre.
Siete goles en sus ocho últimos partidos como internacional plasman su liderazgo en la selección de Luis Enrique. El premio era merecido. España había ganado alegría en cuanto aparecieron en ataque sus laterales, Carvajal y Jordi Alba. Con Parejo creando e Isco inventando y acariciando el gol.
No hubo reacción de Suecia, empequeñecida a la mínima expresión, y acabó recibiendo el castigo por el hambre de gol de la Roja. Morata tras una carrera elegante fue derribado dentro del área por Helander y recibió el gesto de Ramos al cederle el lanzamiento de penalti.
Firmó el segundo en un gran final, con Fabián y Oyarzabal mostrando el hambre del relevo en el tercero. La brillante jugada no pudo tener mejor finalización del delantero con su disparo ajustado a un poste, imparable. como una España lanzada hacia la Eurocopa 2020.