Un Euroderbi más cruel todavía

En la película 'Funny Games' dos jóvenes acuden a pedir huevos a una familia recién llegada al vecindario. Reciben una cálida bienvenida, pero pronto se intuye que esa buena voluntad no será recíproca: siempre con una sonrisa, empiezan rompiendo los huevos en el suelo para acabar rompiéndole la pierna al padre con un palo de golf. Con el tiempo, cada tortura es más sádica que la anterior y terminan apostándole a la inocente familia que al día siguiente estarán todos muertos.

Pues bien. Como en la cinta de Haneke, el Real Madrid siempre encuentra el modo de darle un punto más de crueldad a los 'Euroderbis'. El fútbol no puede ser más despiadado con el Atlético ni más fiel a los blancos, que esta vez hallaron otro truco final para echar de la Liga de Campeones a sus vecinos. ¿Pensábais que lo habíais visto todo? Pues esta vez no iba a ser Ramos en el 93', ni un simple tiro al palo de Juanfran; tampoco una jugada memorable como aquella de Benzema en el Calderón.

Lo cierto es que todo apuntaba a una gran noche en el Metropolitano, la venganza que el aficionado colchonero llevaba soñando desde Lisboa. Marcaron a los 30 segundos y hasta Vinícius, su némesis, tiró un penalti que ahora orbita la Estación Espacial Internacional. Sí, el guion fue increíble y guardaba un epílogo nunca visto en Champions con el milimétrico resbalón de Julián Álvarez en la tanda. ¿Querían VAR tras el fuera de juego de Ramos en Milán? Toma dos tazas. Cruel, no; crudelísimo.

Ancelotti había caído primero en la trampa del Cholo. Los merengues creyeron tener controlado el choque porque tenían la pelota, pero la posesión fue estéril, sin profundidad; la única vez que Mbappé pudo correr provocó el pánico en las gradas y un penalti en el césped. Courtois sostuvo a los suyos hasta la prórroga y, a partir de ahí, con el partido esquizofrénico y las piernas de plomo, Valverde, primero lateral y después en el medio, fue el más generoso en un despliegue conmovedor sin premio.

Toni Rüdiger sería el encargado de arrojar al lago las últimas esperanzas rojiblancas. Como el año pasado en Mánchester, este loco se erigió en el talismán del Madrid desde los once metros. Su equipo se había visto sometido por los de Simeone como nunca, pero resistió como siempre para seguir adelante en una competición con la que tiene una conexión tan especial como mistérica. A lo tonto, sin un fútbol brillante y con bajas esenciales, se ha cargado a City y Atleti; próximo rival, el Arsenal.

Y ahora... ¿Quién será capaz de frenar a este psicópata de la Champions? Cualquiera apostaría que para junio estarán todos muertos.

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