Fue un encuentro tedioso y de bajo ritmo hasta el 1-0, pero cobró intensidad en el cuarto de hora final y, sobre todo, en el tiempo de prolongación. El equipo vasco controló más el juego, aunque sin crear peligro, y sumó un punto gracias a que las circunstancias le fueron tan favorables como desfavorables al conjunto de casa.
La primera mitad estuvo equilibrada y tuvo poco ritmo, con posesiones largas por parte de ambos equipos, pero con poca profundidad y sin apenas ocasiones de gol. Entró mejor en el encuentro el equipo de Imanol Alguacil, pero solo mantuvo su superioridad en el primer cuarto de hora, hasta que el Valencia se entonó y niveló las fuerzas. Ambos conjuntos trataban de elaborar jugadas largas y de correr pocos riesgos.
La única diferencia estribaba en que mientras los locales trataban casi de meterse en la portería con el balón, el conjunto donostiarra sí que enviaba balones al área, pero la defensa valencianista desbarataba esas opciones con facilidad.
La ocasión más clara para el Valencia llegó cerca del descanso en un disparo seco de Guedes que Moyá desbarató con acierto y para la Real Sociedad en una jugaba, la última de la primera mitad, en la que Wlliam José no acertó en un remate sin oposición.
Ambos equipos se fueron al descanso con un empate sin goles que reflejaba por completo la igualdad mostrada hasta el ecuador del choque. Poco varió la dinámica del juego en la reanudación, con imprecisiones de los locales y un fútbol poco intenso por parte de ambos conjuntos y, sobre todo, aproximaciones muy inocentes ante las dos porterías.
Cuando menos intensidad tenía el partido, una penetración por la derecha acabó con un pase de Wass a Gameiro, quien puso el 1-0 en el marcador con VAR de por medio, en este caso con una eterna deliberación que se prolongó más de dos minutos hasta que se dio validez al tanto. El gol avivó un poco el encuentro con una Real Sociedad algo más ofensiva y un Valencia con espacios para buscar la meta de Moyà al contragolpe.ç
EL PARTIDO ENLOQUECIÓ EN LA RECTA FINAL
A falta de quince minutos para el final, el encuentro cobró la emoción que le había faltado hasta entonces con aproximaciones constantes de la Real Sociedad, pero con una ocasión a la contra de Rodrigo (m.80), que acabó en el balón en el poste de la meta de Moyà.
El encuentro estaba dominado por la Real Sociedad, aunque sin claridad de cara a puerta y ante un Valencia que se limitaba a defenderse, pero con mucha contundencia en un tramo final del choque al que se le añadieron ocho minutos. Hubo tiempo para la emoción, ya que a cuatro minutos del final un derribó de Barrenetxea sobre Cheryshev supuso un penalti que Gameiro envió fuera, muy alto, en un mal lanzamiento.
El segundo penalti, por mano de Coquelin, fue transformado con precisión por Oyarzabal.