Felices fiestas para el Atlético. Felices de nuevo con el 'cholismo' más puro en el Metropolitano ante el Espanyol. Sufriendo, y por la mínima con un gol de penalti, los rojiblancos se van de vacaciones en la lucha por la Liga y con un Griezmann que sigue goleando, aunque sea desde los once metros.
Triunfo vital, además ante un rival siempre incómodo para los de Simeone como es el Espanyol. Sí, llegaban los blanquiazules con cinco derrotas seguidas tras de sí, pero los catalanes han sido y son un auténtico dolor de cabeza para el Atlético en estos últimos cursos. Lo fueron también este, pero los tres puntos se quedaron en el Metropolitano.
Salió el cuadro local con ganas. Presionando arriba y con ganas de resolver pronto el partido. Sin embargo, su presión no se vio compensada con gol ni tampoco con ocasiones, y con el paso de los minutos el Espanyol llevó el 'uy' a la grada rojiblanca. Sobre todo Borja Iglesias, que puso a prueba a Jan Oblak hasta en dos ocasiones.
El esloveno también intervino ante Naldo y Baptistao, que cerca estuvieron de fusilar al arquero del Atlético. Bastante fue que el marcador se mantuvo 0-0 al descanso, y más que bastante fue que el Atleti se adelantase de penalti. Granero derribó a Koke, y Griezmann resolvió desde los once metros para dar tres puntos a su equipo.
Bueno, para que se los diera él porque marcó, pero el gran protagonista fue Jan Oblak con sus paradas y con la seguridad que transmite a una defensa que a saber si perderá a Lucas en este mercado invernal. No hubo mucho más en un segundo acto anodino y sin demasiado fútbol, en una demostración más que el Atlético es, posiblemente, el equipo que más penaliza los errores del rival en todo el mundo.
Se pone el Atleti con 34 puntos que, como mínimo, le dará para terminar el año como terceros y con el dulce sabor que da la victoria. Ahora tienen dos semanas de descanso sobre el césped, y unas cuantas de trabajo en los despachos por si se consuma la marcha de Lucas.
