No aparece en los onces de mejores jugadores. No es de los que hacen mucho ruido fuera del campo. Y no es el que más cobra en el Atlético. Pero Oblak es uno de los jugadores más determinantes ya no solo de su equipo sino del mundo. El portero esloveno, en una actuación estelar, ha sido un auténtico cerrojo en La Cerámica y el principal responsable, junto a Filipe, de que el cuadro de Simeone salga de Castellón con un punto. Solo Mario pudo batir a un arquero que a saber qué más ha de hacer individualmente para recibir reconocimiento.
No fue este un partido para finos estilistas ni para los magos del balón. Fue más bien, como acostumbran a ser los partidos de este Atlético del Cholo, un partido de guerreros. Tanto guerreros amarillos como hoy azules. Espacios, los justos. Fútbol, trabado y siempre con dificultad. Como si hubiera minas sobre el verde. Con todo, no se puede decir que el duelo estuviera falto de emoción.
Porque si algo sobró fue garra y coraje. El equipo de Simeone comenzó mandón, sabedor de la dificultad que, por alguna razón, entraña para ellos jugar ante el Villarreal. Los de Castellón tomaron la alternativa. Pudo marcar Gerard Moreno, pero no. También pudo hacerlo Saúl para el Atleti, pero tampoco. El partido no era de nadie, y al mismo tiempo era de los dos. La claridad de ideas era la justa y el mediocampo se impuso por encima de las delanteras y las defensas.
Y es que no era este un encuentro de florituras. Los goles, en la segunda parte, fueron buena muestra de ello. Primero el de Filipe para el Atleti. Marcó de cabeza, en una jugada rarísima en la que participaron Funes Mori, Asenjo, el larguero y Álvaro. El primero porque remató hacia su portería, el segundo por la parada, la madera por el rechazo y el central por caerse sobre el meta y dejar así entrar fácil el cuero. Desenchufado con el 0-1, empató Mario con el exterior y tras otro par de rebotes en el área rojiblanca.
Así fueron los tantos. Pudo haber más, pero Jan Oblak, salvador, volvió a demostrar por qué es para muchos el mejor portero del mundo aún sin estar en onces FIFA o UEFA. El esloveno lo salvó todo menos el disparo de Mario, dejando a Gerard Moreno hasta tres veces con la miel en los labios y a Bacca sin diana en una clarísima ocasión.
Faltó todo arriba. Lemar tuvo 45 minutos de nada salvo una ocasión clamorosa en el 88, al igual que Correa y que un Griezmann desaparecidísimo para un equipo que sin duda le echó de menos en Castellón. El Villarreal tuvo más, pero solo acertó a batir al 'muro' Oblak con un rebote. Uno a uno, y el Atlético que salva una complicada salida ante un rival que siempre le ha complicado la existencia.