La ciudad china de Wuhan sigue sin recuperar la normalidad después de que el coronavirus se haya cobrado más de mil muertes en el país asiático durante el último mes.
El Wuhan FC, sigue preparando en España el inicio de su competición, que aún no tiene fecha oficial de arranque. Mientras tanto, los jugadores chinos, que aún no tienen fecha de regreso, hablan con sus familiares después de cada entrenamiento.
Es una situación difícil para estos 27 futbolistas, que junto con el cuerpo técnico, llevan ya 15 días entrenando en Málaga donde, eso sí, también han disfrutado de una tarde de ocio acudiendo a una capea y olvidándose por un tiempo de la cruda realidad que se vive en el país asiático.
Por ahora se desconoce la fecha en la que el club podrá viajar de vuelta a Wuhan. Los futbolistas pasan, desde su llegada a España, dos controles al día para certificar la ausencia de cualquier posible contagio. Hablan con sus familias a través de 'face time' y por ahora, sigue reinando la tranquilidad en el hotel malagueño donde se alojan.
José González, técnico español del Wuhan, relata la dura realidad que están viviendo sus jugadores debido al coronavirus. "Lo pasan mal. Intentamos hacer los entrenamientos lo más amenos posibles. No hay titulares ni suplentes. Por mucho que lo intente no puedo meterme en sus cabezas. No sabemos la vida de ellos más allá de la concentración. Lo que viven sus padres, mujeres o hijos, encerrados en sus casas, no lo controlamos", reconoce el entrenador.
"Hablan poco. Son reservados. Es complicado preguntarles. Intentas ser cercano, pero igual si preguntas mucho les preocupas más. A veces me limito al ¿todo bien?", dice José González, que muestra todo el tacto posible a la hora de tratar un tema tan delicado como este.
Su acogida en España
"Se dijeron muchas cosas sobre el Wuhan cuando cuatro días después llegó el Dalian, pero ahora cuando ya estamos fuera de peligro, nadie dice nada. Reaccionan con cierto recelo. Lógico. Hay desinformación. Hay que respetar el miedo. Las noticias que llegan son difíciles. Tuvimos que cambiar de campo de entrenamiento y algunos se negaron a jugar con nosotros", reconoce el técnico.