Un gol en los instantes finales del danés Martin Braithwaite le dio un punto al Leganés y le quitó dos al Valencia (1-1) en un estadio de Butarque donde los blanquiazules siguen mostrando una enorme solidez.
Eran los visitantes un rival esquivo en lo histórico, el único junto al Girona de la actual Primera al que los madrileños nunca habían superado. El balance además resultaba desolador, con seis derrotas y un empate en los siete choques previos.
Salió Marcelino sin Dani Parejo, decisión relevante pues el centrocampista no había ocupado aún el banquillo de inicio en duelo liguero sin sanción o lesión de por medio.
En el otro bando Alan Nyom recuperó el carril diestro tras su ausencia por sanción, Rubén Pérez tomó el de Recio y Kravets se estrenó en la competición ante el temor a correr riesgos con el tocado Jonathan Silva. Mudaban así las piezas pero no la actitud de los leganenses en casa desde el arranque, sabedores de que ante su público son más temibles.
Así las cosas, en menos de dos minutos ya habían causado temor por medio de un precioso remate acrobático de En-Nesyri que obligó a la buena parada de Neto. Dicha acción acabó siendo invalidada por juego peligroso. No se amedrentó el contrario pese a ello, mostrándose dispuesto a entrar en el cuerpo a cuerpo sin complejos.
Esa voluntad trajo consigo una excelente ocasión cuando Gayá enganchó un esférico en la frontal dejado por Sobrino y lo estrelló en el larguero. Fueron los prolegómenos de una fase donde el Valencia comenzó a dominar la posesión, quedando el protagonismo ofensivo para el balón parado. Avisó el anfitrión con un cabezazo alto de Vesga tras una falta lateral pero quien acertó, en la otra portería y también con la testa, fue Geoffrey Kondogbia.
El centrocampista, un portento físico, entró al área llevándose por delante a Bustinza y remató sin oposición el centro servido a balón parado por Carlos Soler. La ventaja, en cambio, pudo ser efímera pues también por vía aérea acarició el tanto En-Nesyri. Solo un magnífico vuelo de Neto le privó de la gloria.
Pasó el descanso y de vuelta a la actividad demostró otra vez osadía el Leganés, buscando generar peligro en los instantes iniciales de la segunda parte. Sin embargo fue algo efervescente y solo quedó como rastro un córner olímpico de Óscar Rodríguez que despejó el arquero.
Apagado el furor, emergieron de nuevo los visitantes con un Piccini desbocado. El italiano firmó primero una cabalgada individual digna de mención pese a que no tuvo consecuencias y acto seguido se vaporizó entre dos zagueros para asistir a Rodrigo, quien se encontró con el palo.
En busca de soluciones decidió Mauricio Pellegrino pasar del 5-3-2 al 4-2-4, retirando a Vesga y a Kravets para dar entrada a El Zhar y Carrillo. Se situó el marroquí en la derecha del ataque y el argentino acompañando a Braithwaite.
Por su parte En-Nesyri fue desplazado a la izquierda. Todo o nada con los balones colgados al área como principal recurso. La sucesión de centros desde los costados en busca de rematador dentro de un área poblada en exceso incomodó al Valencia, quien renunció al ataque y pasó a achicar a fin de no ahogarse con el chaparrón. Hubo ocasiones, un testarazo de Carrillo que blocó Neto y un disparo de Juanfran tras rechace que impactó en un defensa cuando iba rumbo hacia la portería.
Pese a ello daba la sensación de que podían resistir hasta que casi sobre la hora un pase de El Zhar lo conectó Braithwaite. Su primer intento tocó en un rival pero no el segundo, que acabó entrando con suspense. Y gracias tuvieron que dar los de Marcelino pues En-Nesyri perdonó un mano a mano en el descuento que olía a gol.
Hubiera sido la guinda a un enfrentamiento donde el Leganés volvió a demostrar que gran parte de sus opciones de salvación las tiene en su casa.