Un Leo Messi estratosférico ha liderado la goleada del Barcelona ante el Real Valladolid (5-1) y devolvió el liderato al conjunto azulgrana, cuyo fútbol sigue sin brillar pero ya encadena cinco victorias en LaLiga. Dos goles y dos asistencias del argentino enterraron las aspiraciones del cuadro pucelano, que en el Camp Nou puso fin a su racha de cinco partidos consecutivos sin perder.
Un mal despeje de la defensa visitante en la primera llegada azulgrana lo aprovechaba Lenglet para batir a Masip, dentro del área, y adelantar a su equipo a los dos minutos. Fue el único tanto en el que Messi no apareció.
Del equipo de Ernesto Valverde no volvía a haber noticias hasta los 14 minutos, con la primera aparición del capitán azulgrana, en un tímido lanzamiento de falta que Masip atajaba sin problemas. En la jugada siguiente, la suerte se aliaba esta vez con la escuadra castellana.
Michel botaba una falta lateral envenenada que dejaba en falso a la defensa local y también a Ter Stegen, que apenas acertaba a poner la manopla izquierda y rechazar un balón que rebotaría en Kiko Olivas antes de rebasar la línea de gol.
El 1-1 sentó bien al Valladolid, ordenado atrás, cómodo con una defensa de tres centrales y tan poco exigido por la delantera culé que ni siquiera necesitaba recurrir a las faltas o al juego duro para frenar al Barça.
Ansu Fati titular
Por el bando local, Ansu Fati, que fue titular en detrimento de Griezmann, era el único que amenazaba a los pucelanos encarando por banda izquierda, pero sin la exuberancia ni la efectividad con la que irrumpió en LaLiga hace semanas. Así que tuvo que ser Messi -siempre Messi- el que saliera al rescate. Primero con una pase sensacional que Arturo Vidal cazaba, de volea, a los 29 minutos, tras romper la línea defensiva del Valladolid.
Y cinco minutos después, con un obús en el lanzamiento de una falta desde más de 20 metros que hacía inútil la estirada de Masip. Entre una jugada y otra, Sergio González tenía que cambiar al lesionado Nacho por Salisu.
Y un Messi en plena ebullición aún intentaría hacer el cuarto, en otro lanzamiento de falta escorado que el exportero azulgrana tuvo que despejar de puños, poco antes de llegar al descanso. El crack argentino siguió con su partidazo tras la reanudación.
En la primera llegada del Barcelona en la segunda parte condujo la pelota hasta asomarse al balcón del área y regalarle medio gol a Ansu Fati. Pero la nueva perla de la cantera azulgrana remataba demasiado centrado y Masip rechazaba el balón con el pie.
Sin embargo, era el Valladolid el que dominaba en estos primeros compases del segundo acto, aunque sin crear peligro. Los 60.000 aficionados que se congregaron en el Camp Nou empezaban a bostezar y Valverde intentó animar el partido dando entrada a Rakitic y Griezmann en la última media hora, mientras enviaba a De Jong y Ansu a la ducha.
Control orientado estratosférico
De nuevo irrumpía en el partido Messi, capaz de convertir un partido vulgar y anodino en obra de arte tras otra. Control orientado, media vuelta, y otro disparo con la zurda para hacer el 4-1. Quedaba un cuarto de hora, pero la 'Pulga' aún tuvo tiempo de regalar el quinto a su amigo Luis Suárez, inédito en la primera mitad y que en la segunda comenzó a despertar con un gol que el colegiado le había anulado minutos antes por fuera de juego.
Suárez quiso devolverle la asistencia en el descuento pero Messi intentó ajustar demasiado su disparo y el balón se marchó fuera. Hubiera sido su primer triplete de la temporada. El argentino empieza a recuperar su mejor versión. Y, cuando eso ocurre, el líder de LaLiga es él.
