La Sociedad Deportiva Huesca sigue viva en la pelea por la permanencia tras golear en El Alcoraz al Real Valladolid (4-0), en lo que supone su segunda victoria de la temporada en su estadio. El triunfo le permite seguir soñando con una salvación que tiene muy complicada pero a la que no renuncia haciendo honor al lema del club, "Fieles siempre sin reblar (retroceder)".
Y no retrocedió el conjunto altoaragonés en un partido que sabía que era clave, prácticamente una final, y en el que no podía fallar ante el Valladolid, otro equipo que lucha por no descender. Aunque la situación del equipo pucelano en la clasificación es bastante menos complicada que la de los aragoneses, la derrota le supone da un importante paso atrás en dichas aspiraciones, ya que todos los equipos que habían pasado con anterioridad por El Alcoraz habían logrado algo positivo, salvo el Real Betis, el único al que había derrotado hasta ahora el equipo azulgrana.
El Valladolid, que se había mostrado hasta ahora como un conjunto solvente a domicilio, donde sólo había perdido tres partidos, se convirtió en El Alcoraz en un conjunto vulnerable y poco sólido atrás, lo que le llevó a hincar la rodilla. El equipo de "Francisco" Rodríguez, con el triunfo ante el conjunto blanquivioleta, hizo bueno el empate logrado en Anoeta en la pasada jornada y por segunda vez en toda la temporada (la primera lo hizo en los dos primeros encuentros de Liga contra Eibar y Athletic) fue capaz de sumar cuatro puntos en dos jornadas consecutivas.
El inicio del encuentro tuvo mucho ritmo por parte de ambos equipos y con llegadas constantes a las dos áreas. Nadie dominaba el partido porque cada recuperación era un intento de llegar a la meta del rival por la vía rápida. El balón viajaba sin solución de continuidad de un lado al otro del terreno de juego con centros peligrosos en la mayoría de los casos aunque no encontraban rematador.
Los visitantes tuvieron la primera oportunidad en el minuto 3 con un cabezazo a bocajarro de Fernando Calero en el segundo palo que salvó el meta Roberto Santamaría con una gran intervención y no habían pasado ni tres minutos cuando su homónimo del equipo pucelano, Jordi Masip, hizo lo propio a otro testarazo de Enric Gallego.
Precisamente el punta fichado en el mercado invernal se estrenó en Primera como goleador poco después, en el 18, tras adelantarse a su marcador, llevarse el balón por velocidad y marcar entre las piernas de Masip. El gol hizo tomarse un respiro a los locales lo que aprovecharon los visitantes para hacerse con el balón aunque sin llegar a pisar área con ventaja porque apenas había elaboración ya que el conjunto blanquivioleta buscaba más centros laterales que llevaban bastante peligro pero que seguían sin encontrar rematador.
De hecho, la única ocasión que tuvieron los visitantes hasta el final de los primeros 45 minutos fue, al filo de la media hora, en un error del meta Santamaría que no retuvo el balón en un centro raso y que obligó al central Xabi Etxeita a ceder a córner sin esperarlo, por lo que a punto estuvo de introducirlo en su portería.
El regreso de vestuarios no pudo sentarle mejor al conjunto altoaragonés ya que puso el 2-0 en el luminoso apenas cinco minutos después de iniciado tras un cabezazo de Jorge Pulido a la salida de un saque de esquina y tres más tarde ponía la sentencia del partido con un tanto de Moi Gómez al aprovechar un balón suelto en el área del equipo de Sergio González.
El técnico pucelano mandó a su equipo hacia arriba porque le obligaba el luminoso y tuvo la posesión del balón, llegando incluso a marcar por medio de Oscar Plano en el minuto 74 pero el tanto fue anulado por el VAR después de muchas disquisiciones.
Dos minutos más tarde validó el 4-0, obra de un recién ingresado "Chimy" Ávila, igualmente tras una larga espera y que cerraba una goleada de Huesca para seguir soñando con el milagro de la salvación.