El francés Lucas Hernández, defensa del Atlético de Madrid, ya apura su recuperación de un esguince de rodilla, según demostró en el último entrenamiento del año, en el que, con la articulación vendada, se ejercitó al margen del grupo, pero a buen ritmo, con aceleraciones y cambios de ritmo.
Frenada de momento su marcha al Bayern Múnich, al menos de forma inminente, el central prosigue con su puesta a punto, este lunes sobre el césped de la Ciudad Deportiva de Majadahonda, en un campo anexo al que se entrenaban el resto de sus compañeros, después de tres semanas de baja por la dolencia sufrida contra el Alavés.
Su vuelta a la competición ya está cercana, con lo que supone para el Atlético, ya que es una doble pieza para el argentino Diego Simeone, porque puede jugar tanto de central como de lateral izquierdo; dos demarcaciones en la que el equipo ha estado corto de efectivos por las lesiones prácticamente desde el inicio del curso.
De momento, Lucas es duda para el encuentro del próximo domingo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán contra el Sevilla, dependiendo de su evolución en los próximos entrenamientos, al igual que lo son otros dos defensas: José María Giménez y Filipe Luis, ambos en proceso de recuperación de sendas lesiones musculares.
Ni el central uruguayo ni el lateral brasileño saltaron al césped en el entrenamiento matutino de este lunes, a falta aún de seis días para la vuelta a la competición de la Liga en Sevilla, donde la única baja segura a día de hoy es Diego Costa, que no reaparecerá hasta febrero de su operación del quinto metatarsiano del pie.
El resto de efectivos se entrenaron a las órdenes de Diego Simeone durante casi dos horas en la última sesión del año.
