Marcus Rashford ha completado esta semana una de las jugadas más importantes de su carrera... y esta vez no ha sido dentro del campo de juego, ni mucho menos. El delantero del Manchester United ha conseguido que el Gobierno británico recule y extienda durante el verano los cheques para comidas gratuitas dirigidos a los niños más desfavorecidos.
El ejecutivo de Boris Johnson abogaba por dar estos cupones solo durante el periodo escolar, algo que encendió las alarmas de Rashford.
Y es que el futbolista del United sabe mejor que nadie lo necesaria que es esta ayuda, ya que Rashford lo vivió en sus propias carnes cuando tan solo era un niño de la localidad de Wythenshawe, en Mánchester, y su madre les tenía que sacar adelante a él y a sus hermanos.
Carta a Downing Street
Así lo ha contado el futbolista en una carta a Downing Street: "Mi madre trabajaba todo el día, ganando el salario mínimo, para asegurarse de que siempre había una comida en la mesa por las noches, pero eso no era suficiente. El sistema no estaba hecho para que familias como las mías tuvieran éxito, sin importar cuánto trabajase mi madre".
Esas comidas gratis en el colegio fueron parte importante de su infancia y por eso cuando arrancó la cuarentena por el coronavirus hace tres meses se puso a trabajar para que los niños que no pudiesen ir a la escuela no se quedaran sin comer.
Así fue como Rashford se alió con la empresa FareShare y recaudó más de 20 millones de libras para preparar alimentos. En total, más de 3 millones de comidas para los niños.
"Esto no va sobre política, sino sobre seres humanos. Tenemos que mirarnos al espejo y pensar si hemos hecho todo lo que está en nuestras manos para ayudar a esos niños. Dejando las afiliaciones políticas a un lado, ¿no podemos estar de acuerdo todos en que ningún niño debe pasar hambre?", dice el futbolista.
Comida para 1,3 millones de niños
Su campaña, en la que animó a que la gente la compartiera con los diferentes diputados del Reino Unido, fue todo un éxito y en apenas unas horas logró que el ejecutivo de Johnson cambiara su opinión y extendiera los cheques de comida para el verano, lo que asegurará un plato encima de la mesa a más de 1,3 millones de niños.
Cada una de estas comidas tiene un precio estimado de 15 libras y supondrá un coste al Gobierno de unos 120 millones de libras.