El equipo del técnico alemán Jürgen Klopp está destinado a sufrir en lo que resta de temporada. Se encuentra en el momento clave del curso y apenas tiene margen de error. Y, en St. James Park, estuvo a punto de poner en bandeja la Premier League al Manchester City.
De momento, con el gol de Origi en el minuto 86, sobrevive en la primera posición con dos puntos de distancia sobre su máximo rival, que tiene un partido menos que disputará este lunes ante el Leicester. Después, quedará sólo una jornada más para conocer el nombre del campeón.
Entre medias, el Liverpool también tendrá un partido clave del curso, frente al Barcelona, al que tiene que remontar un 3-0 en contra si quiere alcanzar la final de la Liga de Campeones. Será difícil, y más cuando el conjunto azulgrana llegará fresco al choque del martes.
Jugó con casi todos sus suplentes en Vigo mientras que el Liverpool lo hizo con casi todos sus titulares. Klopp casi no podía especular y aún así apareció algún nombre que no jugó en el Camp Nou. Alexander-Arnold sustituyó a Joe Gómez en el lateral derecho, el croata Dejan Lovren a Joel Matip en el centro de la defensa y Jordan Herdenson al lesionado Naby Keita.
Además, alineó a Daniel Sturridge en la punta de ataque. Con ese guión, consiguió adelantarse en el marcador al principio del duelo con un cabezazo del holandés Virgil Van Dijk, que remató con poderío un córner sacado por Alexander-Arnold.
Sin embargo, en un duelo de ida y vuelta, el equipo de Benítez empató rápido gracias a un disparo a placer del ghanés Christian Atsu desde dentro del área pequeña. El Liverpool no se arrugó y siguió buscando la victoria que necesitaba para seguir en la pelea por el título. Insistió hasta conseguir adelantarse en el marcador por medio de Salah, que agarró una buena volea tras otra asistencia de Alexander-Arnold desde la banda derecha.
Sin embargo, el Newcatle de Benítez no quería sacar la bandera blanca y apareció Salomón Rondón para empatar el duelo y dejar al Liverpool, a falta de poco más de media hora, al borde del precipicio. Y, con la salida del campo de Salah tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza contra el portero esloveno Martin Dubravka, se mascó aún más la tragedia.
Entonces apareció Origi, el sustituto de Salah, para elevar de nuevo al Liverpool hasta la primera posición de la Premier League. Con un salto tremendo tras un lanzamiento de falta del suizo Xherdan Shaqiri, consiguió cabecear a la red una pelota que valió más que un simple gol cuando entró en la portería del Newcastle. Puede valer una Liga.