El Clásico
El Clásico, otro día en la oficina para el Real Madrid
Las claves del Clásico: Kroos, al trantrán, deja a Xavi sin relato. El Madrid no quiso hacer sangre.
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El Real Madrid ni siquiera necesitó su mejor versión para liquidar al Barcelona en el Clásico (3-1): tiró cuatro veces a puerta, marcó tres goles y le anularon uno. Los blancos, que jugaron al trantrán, no quisieron hacer sangre: guantazo, sesteo entre goles y resurgimiento final en el Santiago Bernabéu. En la situación inversa, los culés habrían ahondado en la herida, pero en Chamartín son pactistas. Otro día en la oficina.
Fue la vendetta de Ancelotti tras el Clásico de la temporada pasada; aviado, el de Reggiolo esta vez no inventó nada. No le duelen prendas en defenderse (de hecho, se siente en la gloria) y explotar su velocidad en las transiciones. El Madrid es más equipo y tiene mejores individualidades, un win-win. Línea por línea, el Barça apenas se veía superior en la portería, y por la baja de Courtois.
El encuentro fue un monumento al fútbol de Toni Kroos: es más veloz quien corre con la mente. Vinícius y Valverde demostraron ser atletas talentosos al tiempo que varios jugadores azulgranas, a día de hoy, tienen menos piernas y se conforman con el ingenio.
Peores números que Koeman
Xavi, por su parte, tiene un relato, pero peores números que Koemancon mejores futbolistas. El de Terrassa, temerario, puso a bailar a Sergi Roberto con Vinícius y metió a deshora a Gavi y Ansu Fati. Llegó a Can Barça con un halo mitológico, pero la sombra de Guardiola cada día es más alargada. ¿Hasta cuándo tendrá crédito? Empecinado en el 4-3-3, parece instalado en su púlpito y ajeno a que los rivales también juegan. Habita en una realidad paralela.
Tras el batacazo europeo, era el día para reivindicarse. Los culés pueden aducir las bajas de Koundé y Christensen en la zaga, pues Eric García estuvo de nuevo desastroso sin balón, pero los blancos tampoco tuvieron a su portero titularbajo palos; el Madrid, por ejemplo, venció esta temporada sin Benzema en el Metropolitano, en un partido que fue clavado al Clásico. Se están agotando las excusas.
Lewandowski, principal arma blaugrana,acabó secado por una pareja de centrales que explica los éxitos merengues. El polaco debe añorar a su escudero Müller en el lugar de los ínclitos Dembélé y Raphinha. Cuando ha llegado la prueba del algodón, la delantera tampoco ha despuntado ante ningún conjunto top: pincharon ante Bayern de Múnich, Inter de Milán y Real Madrid.
Ganar de todas las maneras
Sin embargo, el fútbol es volátil y desmemoriado: el club merengue despidió a Ancelotti tras la Décima por su libreto anticuado y ahora es el artífice de la Decimocuarta, mientras que Xavi arrasó en el último Clásico liguero del Bernabéu por 0-4 y en este momento tiene a su renovada plantilla inmersa en una profunda crisis. Ambos clubes son vasos comunicantes.
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Después del choque, el catalán asumió que aún son un equipo en construcción. Al Barça, por ahora, ni con las palancas le llega para meterse en octavos de Champions. Tampoco para frenar la inercia ganadora de un Madrid más competitivo, que tiene más seguridad y automatismos y que, como diría Jorge Valdano, sabe ganar de todas las maneras... No solo de una.
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