El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado el visto bueno, a organizar la final de la Copa Libertadores, entre los equipos argentinos de Boca Juniors y River Plate.
De esta forma, el Ejecutivo español se ha mostrado dispuesto a acoger el partido entre ambos equipos argentinos. Los organizadores de la Copa Libertadores, la CONMEBOL, han solicitado formalmente la celebración del mismo en el estadio Santiago Bernabéu en el fin de semana del 8 al 9 de diciembre.
El Ministerio de Interior está ya evaluando el dispositivo de seguridad necesario para que el evento se desarrolle en condiciones seguras para todos, han indicado fuentes del Ejecutivo.
Esta misma tarde se ha celebrado en la sede de Delegación del Gobierno de Madrid para abordar esta cuestión. Se tiene que evaluar las condiciones de seguridad que implican este encuentro, pues está considerado un partido de alto riesgo.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Angel Garrido, ha garantizado que en el caso de celebrarse en la capital se hará con todas las garantías de seguridad. Además, ha añadido que Madrid está acostumbrado a celebrar este tipo de eventos y ha recordado que Madrid acoge el año que viene la final de la Champions League.
Este partido entre los dos principales equipos de Argentina fue suspendido el pasado fin de semana después de que se hayan producido incidentes violentos protagonizados por hinchas radicales.
La CONMEBOL, organizadora del torneo, anunció el pasado martes que la vuelta de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se disputará entre el 8 y 9 de diciembre en una sede aún por definir, recomendando que el estadio que la acoja esté fuera de Argentina.
En una carta remitida por el presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, a los presidentes de Boca Juniors, Daniel Angelici, y de River Plate, Rodolfo D'Onofrio, el mandatario destacó que los actos violentos ocurridos el pasado fin de semana en el estadio Monumental de Buenos Aires, donde iba a disputarse el duelo de vuelta, hacen que sea mejor acabar la final en otro país.
"Conforme a los hechos de violencia ocurridos en la ciudad de Buenos Aires el 24 de noviembre, los cuales pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores, oficiales y aficionados, incluso con hechos delictivos que las autoridades de la República Argentina se encuentran aún investigando, resulta prudente que el partido final no se juegue en dicho país", pidió Domínguez.
En la misma misiva, el dirigente anunció que el duelo de vuelta se llevará a cabo entre los días 8 y 9 de diciembre "en horario y sede a definirse por la administración de la CONMEBOL a la mayor brevedad".