Supercopa de España
El Real Madrid desnuda al Barça en Riad
De invocar a Cruyff a recibir un baño en Arabia: el Real Madrid, generoso, se compadece del Barça en la Supercopa de España (4-1).
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El Real Madrid, al contrario que el Barça cuando un Clásico se le pone de frente, decidió no hacer sangre al eterno rival. Sin embargo, hizo algo más aún doloroso: perdonó la 'manita' y decidió hilvanar un rondo en los minutos finales de la Supercopa de España (4-1). Ni siquiera hubo descuento, pues Ancelotti pidió a Manuera que no alargara la agonía. Fue la crónica de una derrota anunciada, otro día en la oficina para un Madrid superior física y tácticamente que destrozó a su oponente cómo y cuando quiso, con una frialdad quirúrgica.
Antes del partido, Xavi había invocado de nuevo a Cruyff y habló de la excelencia como el camino hacia la victoria. El conjunto blanco, ajeno a monsergas, desnudó por completo el discurso del de Terrassa; fiel a su historia, es un club al que poco le importa cómo ganar, siempre que gane. El Barça, por su parte, confiaba en alzar el vuelo en la final de Arabia Saudí, pero la esperada redención acabó en funeral e incluso llevó al Madrid a la compasión. Los culés no supieron transformar en goles sus tramos de control; los capitalinos, al contrario, fueron todo efectividad.
El Barça, un mar de dudas
En el mundo real, el preparador azulgrana se sabe inferior y alineó por primera vez a cuatro centrocampistas después de 23 partidos. Sin embargo, sin un medio defensivo, poco pudo hacer contra el vigor merengue en mediocampo. El Barça echa de menos a Gavi (por no hablar de Busquets), al tiempo que Pedri y De Jong son sombras de lo que fueron tras sus lesiones. Arriba, solo un Lewandowski venido a menos es capaz de mantener al equipo en los partidos mientras Ferran Torres o Joao Félix se apagan.
La defensa adelantada, por su parte, resultó un suicidio. Xavi alineó a Koundé, Araujo, Christensen y Balde, curiosamente la misma zaga que jugó (y ganó) el Clásico de la última Supercopa. El guion esta vez fue diferente. Mucho han cambiado este último año el estado físico y anímico de ambos equipos; si el invento de Araujo en el costado funcionó en otras ocasiones, esta vez naufragó. El uruguayo se perdió en la banda y a Koundé, hecho un flan, ni se le esperaba. A falta de Benzema, la verticalidad de Vinícius y Rodrygo resultó letal.
Vini reclama su corona
Y es que el público aún tomaba asiento en el estadio Al-Awwal cuando el Barça ya estaba en la lona. Muchos pedían la titularidad de Brahim, pero Vini, recuperado de su lesión, volvió a reclamar su corona demostrando por qué es top-5 mundial. Desde el 3-1 encajado ante el Atleti en Liga, y sobreponiéndose a bajas que habrían hecho zozobrar a cualquier otro club, Carletto recompuso a un equipo que ya acumula 21 partidos invicto y cuyo techo se verá en Europa. Pronto llega febrero y los blancos parecen rodeados de certidumbres.
Real Madrid y Barça son vasos comunicantes. Si hace un año arrancaba en Riad una nueva dinámica culé que les auparía en Liga, ahora las tornas han cambiado. El club blanco ha completado su transición sin dejar de ganar: los Casemiro, Kroos y Modric dejan paso a Camavinga, Tchouaméni o Bellingham. Sin un '9' de relumbrón, Jude lidera a un equipo que ya no necesita tanto a Kylian Mbappé y que acaba de asestar un zarpazo desmoralizador al Barça. Veremos cuán profunda es la avería.
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