El Real Madrid no pasó del empate sin goles ante el Getafe, que se mantuvo en puestos de Liga de Campeones pese a la luz que aportó al conjunto blanco Brahim Díaz, uno de los pocos brotes verdes del cuadro de Zinedine Zidane. El técnico francés continuó con su casting para la próxima temporada en el Coliseum Alfonso Pérez.
No es fácil para un equipo como el Real Madrid arrastrarse por los campos de España sin nada más en juego que conocer el nombre de los jugadores que seguirán en el club el curso siguiente. Y menos en estadios como el del Getafe y ante un equipo que se jugaba ni más ni menos que acabar la temporada en la cuarta posición, lo nunca visto en la historia del club presidido por Ángel Torres. Un reto mayúsculo para el cuadro azulón y un marrón más para el Real Madrid.
En esta ocasión, el técnico francés dio una oportunidad a Reguilón. Jugó su segundo partido con Zidane, pero el primero con Marcelo disponible. También permitió a Isco jugar donde más sabe, con libertad por detrás de la zona de ataque. Mantuvo a Keylor Navas pese a la recuperación de Thibaut Courtois y colocó a Brahim Díaz en la banda derecha.
Fue el mejor. Esos eran los nombres que tenían que dar prestigio al Real Madrid. Y con ellos, Karim Benzema, el más en forma del conjunto blanco y un peligro para el Getafe, que casi repitió el mismo equipo peleón de la jornada anterior contra el Sevilla.
Sin Djené Dakonam sancionado, sólo entró Mathías Olivera en la banda izquierda por el japonés Gaku Shibasaki. Más mordisco para Bordalás.
Con ese guión, el Real Madrid se adueñó por completo del partido, por lo menos en la primera parte, en la que abusó de la posesión ante un rival agazapado en su campo y que sólo sabía salir a base de pelotazos. En total, el Getafe acumuló una sola ocasión en el acto inicial: la tuvo Mauro Arambarri con un pelotazo de falta que despejó de puños Keylor Navas.
Mientras tanto, el equipo de Zidane acumuló varias ocasiones, casi todas en los pies de Benzema, que anduvo con el punto de mira desviado. Acumuló dos claras, una tras un pase tremendo de Isco en los primeros compases del duelo y otra al borde del descanso que acabó en el cuerpo de David Soria después de un remate centrado del francés desde el punto de penalti.
Entre Benzema, algunos detalles de Isco y la elegancia y verticalidad de Brahim, el Real Madrid salvó el honor en los primeros 45 minutos, de transición hacia una segunda parte en la que el Getafe necesitaba mostrar otra cara si de verdad quería mantener la apuesta de la cuarta plaza.
Bordalás quitó del campo a Olivera y sacó al césped a Ángel Rodríguez con la idea de agitar a su equipo, bastante atenazado y con pocas ideas arriba. El Getafe subió la intensidad, pero el Real Madrid siguió acumulando ocasiones con los mismos de la primera parte. Brahim seguía eléctrico y enseñó su tremenda calidad en varias ocasiones.
Rozó el gol en un tímido intento que atajó Soria, pero levantó al público del Coliseum con una jugada espectacular en la banda derecha. También pudieron marcar Isco y Casemiro, pero Bruno con una aparición providencial y Soria con una palomita de foto, volvieron a frenar a los blancos.
Sin el deseado gol para el Getafe y el Real Madrid, los banquillos volvieron a agitarse. Portillo entró por el joven Hugo Duro y Lucas Vázquez y Marco Asensio sentaron a Bale y a Brahim.
Con veinte minutos por delante, el choque aumentó sus revoluciones y continuaron las ocasiones, sobre todo para el Getafe. Primero, Ángel y Jaime Mata tuvieron la más clara con un doble disparo que salvó Keylor. Después, el público del Coliseum pidió con fiereza un posible penalti de Carvajal sobre Jaime Mata.
Al final, un disparo de Samu Saiz inquietó a Keylor. Y, mientras, el Real Madrid se fue desdibujando hasta su desaparición final. El 0-0 contentó al Getafe, que con la diferencia de goles ganada al Sevilla, consiguió sostenerse en la preciada cuarta plaza. Enfrente, el Real Madrid pasó sin nota otro test en el que sólo levantó la mano Brahim Díaz, la buena noticia para Zidane.