Griezmann lidera la victoria del Atlético ante la Real Sociedad en Anoeta

Y tras tres partidos, el Atlético vuelve a saber lo que es celebrar un triunfo. Un triunfo ante la Real, anodino y sin brillo eso sí, basado en una genialidad de Griezmann al inicio, un contragolpe al final tras una polémica jugada en el área de Oblak, y en una defensa que en la segunda parte estuvo cerca de subirse al larguero de Anoeta. Los de Simeone, con todo, suman tres puntos y se colocan cuartos en la tabla con 16 puntos, dos menos que Real Madrid, Celta y Barcelona.

Era el partido de Griezmann. Lo era porque volvía a casa. Y porque es muy bueno. Es de esos jugadores diferentes. De los que sólo tienen los equipos grandes y que son capaces de ganarte partidos con una o con dos apariciones. A buen seguro estaba feliz por regresar a Anoeta, y también por marcar el gol que marcó. Pero también parece seguro que le habría gustado hacer lo que hizo en otro sitio para poder festejar uno de esos tantos que estarán en su top 10 cuando su carrera llegue al final.

Y es que menudo golazo que anotó el 7. Desde el centro del campo inició una arrancada en vertical con potencia y con velocidad para que nadie pudiera pararle. Y cuando entró en el área no le tembló el pulso para con una sutil vaselina batir a un Rulli que no pudo hacer absolutamente nada. Ni él ni ningún otro, pues tal fue la galopada del galo que los que le siguieron simplemente fueron los 'espectadores' que mejor vieron la diana.

A defender se ha dicho

Una pena que parezca que va con el freno de mano puesto. Que parezca que puede hacer más. Como todo el Atlético en sí mismo. Fue marcar el gol y poco a poco irse yendo hacia atrás. El 4-3-3, supuesto 4-3-3, con Jackson, Correa y Griezmann fue más bien un 4-4-2 con el 16 metido en mediocampo y más ocupado de mirar hacia atrás que hacia adelante. Al colombiano cada vez se le va esperando menos, pues poco o nada hizo en Anoeta y al final se fue al banquillo antes de tiempo. Como acostumbra desde que viste la rojiblanca.

El descanso tan sólo sirvió para que la orden 'no atacar y esperar' se hiciera una constante. Para que se metieran cada vez más atrás los pupilos de Simeone ante una Real que achuchaba y achuchaba pero incapaz de generar sensación de peligro. Eso sí, ni contragolpes hacía el Atlético. Y aún así el partido estaba donde querían los rojiblancos. Con Jackson y con Correa fuera, Carrasco y Torres entraron para darle algo de velocidad a una circulación espesa de pelota colchonera.

Polémica, 0-2 y tres puntos

Defensa sin ataque. Sin contraataque. Sin que Rulli interviniera más que un par de veces contra un equipo que ha tirado de billetera en verano para suplir ausencias y para mejorar lo que ya había. Al final, marcó Carrasco tras un posible penalti de Giménez, y como se suele decir lo que cuenta cuando termina la jornada 38 son los puntos que hay en el casillero y la posición en la tabla, y en eso el Atlético ha salido victorioso en Anoeta. En cuanto a juego, y viendo las piezas que tiene Simeone en este curso, aún se necesita mejorar.