El futbolista brasileño dejó este viernes la cárcel del municipio de Varginha, acompañado de su abogada y sin hacer declaraciones a la prensa situada a la salida del presidio.
Fernandes, volvió al régimen semiabierto y podrá dormir en su residencia, pasando su situación a ser similar a la de una libertad condicional.
Concretamente, en 2017 la Corte Suprema le concedió al futbolista la libertad condicional al considerar que el tribunal de segunda instancia había tardado mucho en someterlo a un nuevo juicio y el deportista, como consecuencia, firmó un contrato con el Boa Esporte de Varginha, con el que llegó a disputar cinco partidos.
Como respuesta a esta situación, multitud de grupos mostraron su desacuerdo y cinco patrocinadores retiraron su apoyo al club. Sin embargo, dos meses después, la misma corte revocó su decisión y ordenó su reingreso en prisión, argumentando motivos jurídicos para su retorno a la cárcel y, principalmente, una "falta grave" por su participación en escandolosas fiestas mientras gozaba de libertad.
El jugador brasileño fue condenado por asesinato y ocultación del cadáver de su amante, la modelo Eliza Samudio y en 2010 fue arrestado tras su auge como campeón de la liga brasileña en 2009 con el Flamengo.