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LA TRAMA, MUY COMPLEJA
El secretario general de la FIFA, acusado de fraude con entradas del Mundial
El empresario Benny Alon, que desde 1990 trabaja con la venta de entradas del Mundial, ha acusado al secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, de haber realizado acuerdos para quedarse con el 50% de los beneficios de los pases para la Copa del Mundo de 2014 en Brasil.
El esquema de corrupción habría inflado los precios hasta el 200 por ciento los valores de las entradas y Valcke se habría quedado con más de 2 millones de euros, según unos mails de Alon que ha comprobado el diario brasileño 'Estadao'.
El empresario de JB Marketing se ha referido a la "desaparición" de 8.300 entradas para la competición y que tendrían que haber sido vendidas por la FIFA para el torneo.
11.000 asientos VIP a elegir
JB Marketing firmó un acuerdo en 2010 con la FIFA para vender las entradas VIP a partir de 2013, incluyendo la Copa de Confederaciones, aunque los beneficios tendrían que producirse principalmente al año siguiente, con la Copa del Mundo de Brasil.
Por el acuerdo, serían entregados a la empresa 11.000 pases en los asientos 'VIP' de los estadios del Mundial de Brasil, en todas las ciudades sede. La empresa tendría derecho a escoger 12 partidos para colocar sus entradas por encima de su valor, mientras que los otros 12 partidos serían escogidos por la FIFA sin el mismo valor comercial. Este último paquete era de 2.400 entradas.
En diciembre de 2012, en Río de Janeiro, Alon habló con Valcke para pedirle un nuevo encuentro y discutir el asunto. La reunión, sin embargo, tendría lugar en 2013.
La empresa iba a perder 300.000 dólares
El empresario viajó a Zurich, Suiza, sede de la FIFA, para exponer que le quería renegociar la cuestión de los doce juegos de la FIFA y obtener mejores entradas para el Mundial de 2014. Según Alon, con el esquema montado, su empresa iba a perder 300.000 dólares.
"Valcke fue a su seguro y eliminó nuestro contrato", indicó Alon, que indicó "Valcke luego me preguntó '¿Qué tienes para mí' y le respondí que nos podríamos dividir 50 por ciento para cada uno. En ese momento no pensé que la división fuera con él, si no que la FIFA se llevaría la mitad de los beneficios", ha indicado el empresario.
Con el nuevo acuerdo, la JB no vendería los juegos más "débiles" sino que se encargaría de comercializar las entradas de los partidos con más público brasileño, los principales del Mundial, como las entradas de la selección brasileña y la gran final en Maracanã, que después se supo que sería entre Argentina y Alemania.
La trama se complica
El día 2 de abril de 2013 Valcke confirmó el acuerdo, según los e-mails, y el 3 de abril los dos se encontrarían en Zurich, ocasión en la que Alon traería el dinero en la maleta. "Era un adelantamiento", ha explicado Alon.
Después la trama se complica. Según la ley brasileña las entradas brasileñas no podían venderse a través de una empresa extranjera, así que se utilizó a la empresa Match como intermediario entre JB y la FIFA. "Match estaba siendo usada como un banco paralelo a la FIFA", ha explicado el empresario.
No sería hasta 2014 cuando la JB descubriría que el acuerdo había sido un fraude. Cuando los ingresos comenzaron a ser entregados por Match a Alon, sólo habían sido considerados los asientos más baratos.
Valcke sabía que Whelan estaba implicado
"La cuestión es el destino que se le dio a las 8.000 entradas VIP en los estadios de la Copa. ¿Qué ocurrió con ellas? Ninguno hasta ahora ha conseguido averiguar donde fueron a parar estas entradas", ha indicado el empresario.
El director de Match, Ray Whelan, estuvo preso en Río de Janeiro acusado de entregar pases a Valcke y sospechoso de haber montado el esquema de corrupción de la Copa, pero terminó siendo liberado y el caso fue cerrado. Según el empresario, Valcke sabía que Whelan estaba implicado en la trama.
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