Caso Rubiales-Hermoso

El testimonio de Jennifer Hermoso abrirá el lunes el juicio contra Luis Rubiales por el beso

Comienza la vista oral contra el expresidente de la Federación Española de Fútbol por el beso a una futbolista en la celebración del Mundial

El beso se produjo durante la final del Mundial de Fútbol femenino en Australia

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La de Jennifer Hermoso será la primera voz que se oirá en la sala de vistas de la Audiencia Nacional el próximo lunes. Este 3 de febrero comienza en Madrid el juicio contra Luis Rubiales por el beso a la jugadora durante la entrega de medallas tras conseguir el Mundial de Fútbol Femenino en Australia. Fue el 20 de agosto de 2023. Año y medio después, Rubiales y otros tresprocesados se sientan ahora en el banquillo.

Para oír la explicación ante el juez de Luis Rubiales, expresidente de la Federación Española de Fútbol, habrá que esperar hasta el día 12 de febrero. En este juicio tiene previsto seguirse un protocolo cada vez más habitual en España: primero declararán los testigos y peritos y después, en la parte final del juicio, lo harán los acusados.

Consentimiento o negativa

Durante aquella entrega de medallas en el estadio de Sydney, cuando Jennifer Hermoso "recibía el saludo protocolario y la felicitación del acusado Luis Manuel Rubiales, este sujetó al cabeza de la jugadora con ambas manos y, de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios", señala la Fiscalía es su escrito de acusación. "Sin consentimiento ni aceptación de la jugadora" es el eje central que lleva a la Fiscalía a imputar a Rubiales un supuesto delito de agresión sexual por el que pide para él un año de prisión, además de cuatro años de alejamiento y prohibición de comunicarse con Hermoso.

Pero además le acusa de un delito de coacciones por, supuestamente, presionar a la jugadora y a sus familiares para que hicieran una declaración pública en su favor. Por este segundo delito pide para él año y medio de cárcel.

Otros tres acusados

Rubiales se sentará en el banquillo junto a otros tres acusados, altos cargos de su confianza. Son Jorge Vilda, en aquel momento entrenador de la selección femenina de fútbol; Rubén Rivera, director de marketing de la Federación de Fútbol; y Albert Luque, director deportivo de la selección. Todos ellos habían accedido a sus cargos bajo el mandato de Rubiales, "dependiendo, por tanto, su privilegiada situación en la RFEF de la suerte que corriera la de su presidente", se recoge en el escrito de acusación de la Fiscalía.

Junto a Rubiales, esos tres altos cargos habrían presionado a Jenny Hermoso, tanto de forma directa como a través de familiares y amigos, "con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el beso que contra su voluntad le dio Luis Rubiales, sufriendo Jennifer una situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente", añade la Fiscalía. Por eso, los tres excolaboradores de Rubiales se enfrentan también a una petición de año y medio de prisión cada uno por un presunto delito de coacciones. La Fiscalía reclama que entre los cuatro indemnicen a Hermoso con 100.000 euros.

Los acusados, los últimos en declarar

Jennifer Hermoso reside actualmente en México, donde juega en el equipo Tigres de la UANL. Pero tendrá que desplazarse a Madrid para declarar presencialmente el próximo lunes en el juicio. Otras jugadoras, como Alexia Putellas o Irene Paredes, declararán el 6 de febrero por videoconferencia desde Barcelona, y Laia Codina lo hará desde Reino Unido. Montse Tomé, actual seleccionadora del combinado femenino, declarará el día 10 y Luis de la Fuente, seleccionador masculino, el día 4. Los cuatro acusados serán interrogados a partir del 12 de febrero.

Luis Rubiales se desplazará a Madrid desde Granada, donde reside actualmente. Ya no tiene cargo alguno. Se resistió a renunciar con su ya famosa frase repetida, "No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir", entre los dubitativos aplausos de buena parte de la asamblea de la Federación el 25 de agosto de 2023, cinco días después de la escena del beso que vio medio mundo por televisión. Sólo un par de semanas después presentó finalmente su dimisión.

"Un pico"

En el juicio seguramente oiremos otra frase que Rubiales legó a la Historia. "Le dije, '¿un pico?', y ella dijo, 'vale'. Fue un beso espontáneo, mutuo y eufórico. Y, sobre todo, consentido", aseguró aquel verano. La fiscal no le ha creído. Y Jennifer Hermoso lo niega. Un juez de la Audiencia Nacional tendrá que decidir ahora si fue un "pico" consentido o una agresión sexual de un superior de la futbolista.

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