En el entrenamiento previo a la final de la Supercopa de Italia, que tiene lugar en Arabia Saudí, se pudo ver a alguna mujer en la grada. Desde enero del año pasado pueden entrar a ciertos partidos, aunque siempre acompañadas por hombres.
"Lo veo como un paso adelante, no como un problema", cuenta una mujer saudí. Mientras otra aficionada afirma que hace un año ver en el estadio a la Juventus o al Milan era algo que ni podían soñar.
Lo cierto es que las aficionadas, sean del país que sean, tendrán que ir acompañadas de hombres. Además, sus localidades son las peores del estadio, las más alejadas del terreno de juego. Desde que se supo que habían vendido las tres próximas ediciones a Arabia por 22 millones de euros, sobre todo la derecha política montó en colera.
Las protestas continúan y seguirán en Italia durante un partido envuelto en la polémica.