Travesía de O Ézaro
Un gallego realiza una travesía de 4.500 metros a nado a la espera de su tercer trasplante
Mario ha logrado terminar la travesía a nado de Ézaro. Una gesta teniendo en cuenta que está a la espera de su tercer trasplante.
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Acude a hemodiálisis tres veces por semana. Tres días en los que entra en el hospital a las tres de la tarde y sale a las nueve de la noche hecho polvo. "Es duro pero nadar es mi vía de escape, me hace sentir vivo". Mario tiene 44 años, una hija de 9 y además de su familia de sangre, tiene otra familia en el agua. "Mis compañeros de club me apoyan, me animan, sin ellos no sería posible".
Pero lo cierto es que el que se levanta cada día con ganas de entrenar es él. Pese a las limitaciones físicas, el cansancio y las dificultades, no decae. Constancia y motivación, ese es su lema. "Tengo bastante anemia, el oxígeno no me llega a la sangre como al resto, así que me cuesta más, pero ahí estoy, haciendo lo que puedo".
Y lo que puede es, ni más ni menos, que una travesía de 4.500 metros en aguas abiertas. "Nadar en el mar es lo que más me gusta". Vive en A Estrada, en el interior de la provincia de Pontevedra, sin mar, así que una dificultad más. "Entreno en la piscina pero el mar es mi pasión, la sensación de libertad que me da es lo que más me gusta en el mundo". Y por ello, se apuntó a la Travesía de Ézaro. "Es una zona preciosa de Galicia, mi único objetivo era intentar terminarla y lo conseguí, estoy muy orgulloso".
Tanto que no se quedó ahí, dio un paso más y acaba de participar en el Campeonato Gallego de Aguas Abiertas. "Están los mejores nadadores de Galicia, quedé de 70 de 110, para ser una persona con limitaciones, no me quejo".
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Mario, a la espera de su tercer trasplante, tiene claro que lo importante es tener una motivación. "Puede ser el deporte, el teatro, la música, lo que sea. En esta situación se puede tener vida, se pueden hacer muchas cosas, solo hay que buscar la motivación".
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