Rescate en el Annapurna

El impresionante rescate de dos alpinistas en el Annapurna: "Tenía confusión mental y me sangraba la nariz"

Corona y Bogdanov se quedaron atrapados mientras subían al Annapurna y tuvieron que aguantar el frío y las ventiscas de la montaña durante dos días y a más de 7.000 metros de altura. Terminaron siendo rescatados.

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Es impresionante ver como estos dos alpinistas pudieron sobrevivir a unas condiciones extremas. Estuvieron perdidos en el Annapurna, con el viento helador azotando su cuerpo a más de 7.000 metros de altura. Así estuvieron dos días y dos noches.

No hay más que ver cómo quedó la piel, la cara, las manos, completamente amoratados, congelados. Un helicóptero convirtió lo que apuntaba a drama en el milagro del Annapurna, pero esas manos aún van a sufrir tiempo.

Solo mirar ya hace daño, los efectos de la congelación en pies y manos del montañero sueco Tim Bogdanov son espeluznantes. Fue rescatado milagrosamente en el Annapurna junto al italiano Giampaolo Corona, cuya cara refleja las 2 noches que pasó al raso a más de 7.000 metros de altura.

"Me empezó a sangrar la nariz"

"Voy con Giampi, de Italia, muy experimentado", decía Tim. Hicieron cima en el Annapurna sin sherpas, sin oxígeno, pero otros no tuvieron esa suerte: "A 2 horas de la cima, a 200 metros, empecé a sentir confusión mental, tos, problemas para andar y me sangraba la nariz", explicaba el alpinista Moeses.

"Pasaron a mi lado 2 alpinistas que me animaron a seguir subiendo. No pude, dos días después me entero que el helicóptero de rescate les estaba buscando", dijo en el vídeo Moeses. Tim y Giampaolo llegan a la cima, pero una tormenta repentina hace que la bajada sea un infierno. Los que llevan sherpas son guiados entre la ventisca, Tim y Giampaolo se pierden. Dos días después llega el milagro, el helicóptero de rescate les localiza exhaustos y quemados por el frío.

La operación fue un prodigio de fuerza y técnica de Gejle Sherpa, el nepalí que les sostiene al final de la larga línea que les salva de la muerte.

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