El increíble vuelo de dos hombres pájaro a través del Tower Bridge de Londres

Los austriacos Marco Fürst y Marco Waltenspiel realizaron este domingo 12 de mayo historia al convertirse en los primeros hombre pájaro que logran volar a través del Tower Bridge, el icónico puente del centro de Londres, y aterrizar sobre una plataforma flotante en mitad del Támesis. El vuelo necesitaba de una precisión total y, como explica Waltenspiel, realizaron hasta 200 saltos de prueba para perfeccionar la complicada maniobra.

"Hicimos alrededor de 200 saltos de entrenamiento sólo por este día, sólo por este minuto", reconoce Marco Waltenspiel en declaraciones a Red Bull.

El vuelo duró unos 45 segundos, tiempo en el que recorrieron 1,2 km y cayeron desde una altura de 914 metros desde un helicóptero. El hueco del Tower Bridge por el que pasaron tiene 61 metros de ancho por 58 de alto. Estos dos austriacos debían descender a una velocidad precisa (246 km/h) y con un ángulo de descenso completamente estudiado para pasar sin contratiempos por esa 'ventana'. Los preparativos para el vuelo arrancaron hace un año en abril de 2023, en un campo de entrenamiento en Oxfordshire en abril de 2023, donde recrearon las dimensiones del Power Bridge volando entre dos grúas.

"Se ven acciones como esta en las películas, pero hacerlo nosotros mismos es increíble"

"Es simplemente una locura tener esta oportunidad de volar a través de un punto de referencia tan único: se ven acciones como esta en las películas, pero hacerlo nosotros mismos es increíble", reconoce Marco Waltenspiel.

"Estoy muy agradecido de trabajar con Marco y un equipo tan bueno para hacer realidad nuestro sueño. Me siento increíble. El salto fue hermoso y todo salió muy bien. En los últimos dos años y medio planificamos todo cuidadosamente y tuvimos la mejor preparación y entrenamiento", explica Marco Fürst.

Una vez que lograron cruzar volando por el Tower Bridge aún quedada el aterrizaje sobre una plataforma flotante en el Támesis. Para ello Marco Fürst y Marco Waltenspiel realizaron una complicada maniobra, ascendiendo en pleno vuelo unos 85 metros para poder abrir sus paracaídas y aterrizar de forma segura.

"Uno de los principales peligros de este vuelo fue el agua. Estamos muy contentos de haber evitado el Támesis, porque hace mucho frío y se mueve muy rápido. Nunca habríamos intentado este vuelo sin una formación especial en seguridad en el agua y sin barcos de apoyo disponibles", apunta Marco Fürst.

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