Joaquín Carmona es uno de los tuiteros más célebres del atletismo español. Es muy activo en sus redes sociales casi todos los días compartía imágenes, vídeos y datos desde hace años. Sin embargo, desde el pasado 15 de marzo Joaquín Carmona no había escrito ningún mensaje y muchos seguidores se cuestionaban si le había sucedido algo. El misterio tenía revolucionados a sus 'followers': ¿había desaparecido? ¿Le había pasado algo? No faltó quien incluso se cuestionó si habría muerto o tendría coronavirus.
Sin embargo, tres meses después de su última publicación, el diario 'Sport' ha sacado a la luz lo ocurrido. La historia de Joaquín Carmona es dramática: es indigente y vive en las calles de Madrid con sus cartones y un colchón. El pasado 15 de marzo, cuando se decreta en España el estado de alarma por el coronavirus, el corredor estaba en la estación de Atocha y la Policía le desalojó antes de cerrar la estación.
Así las cosas, Carmona ha estado sin WIFI estos meses, sin bibliotecas, bares o cafés desde los que conectarse a Internet o cargar su ordenador. "Quiero volver a Twitter pero es que no puedo", desvela en palabras al citado medio.
Tuvo que cerrar su quisco de helados
Joaquín llegó a Madrid a los 19 años y comenzó a trabajar "repartiendo publicidad"; después tuvo "un quiosco de helados en la calle Orense". "Desde que se vino abajo el puesto de helados he sobrevivido como he podido. Me he apuntado a Bolsas de Empleo público y alguna cosa temporal ha salido. He trabajado también en la consigna del Atlético de Madrid. Y entre todo, de lo poco que he ganado es de lo que voy tirando porque yo no gasto nada. Sólo lo elemental para comer, para subsistir", reflexiona.
Ahora su dura historia impacta a todo el mundo 'runner': "He cogido comida de los cubos de basura e, incluso, el colchón en el que duermo lo he encontrado en la calle".
"Para mí Twitter es una terapia que me desahoga de todo esto y que me permite escribir de una de mis grandes pasiones como es el atletismo desde que vi ganar a Kratochvilova en el 800 en el Mundial de Helsinki 83 en unas vacaciones en Los Alcázares. Me gustaba todo pero esa carrera se me quedó grabada. Y el hecho de saber que en Twitter entretengo a la gente me lleva a pensar que por lo menos estoy haciendo algo bien", reflexiona.
