Esgrima a ciegas
Kiko Rodríguez y Corina Alfonso, pioneros del esgrima a ciegas: "La espada es una prolongación del brazo"
Kiko Rodríguez y Corina Alfonso entrenan en el Club Esgrima Ciudad de Vigo y lo hacen siendo invidentes. "Son dos chicos buenísimos, han llegado hace poco y nos están enseñando un montón, son muy buenas personas", explica Gabriel Traversa, su entrenador.
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En el Club Esgrima Ciudad de Vigo practican una disciplina distinta a cualquier otra. Kiko Rodríguez y Corina Alfonso son dos chicos invidentes que les enseñan a sus compañeros a defenderse sin uno de los cinco sentidos.
Están luchando porque se reconozca como disciplina oficial en España y se celebre el campeonato nacional. En el Pabellón Pablo Beiro de Bouzas, en Vigo, Gabriel Traversa espera por Kiko y Corina para comenzar con los entrenamientos.
Son los dos chicos invidentes que le han enseñado al resto de compañeros de este club a realizar esgrima de otra forma.
"Son dos chicos buenísimos, han llegado hace poco y nos están enseñando un montón, son muy buenas personas", destaca el técnico de esgrima.
"Ponemos en el suelo una banda negra que ellos tienen que pisar en todo momento"
Cuando ambos llegan, él les ayuda con todo lo que necesitan, también en la colocación de su pista.
"Ponemos en el suelo una banda negra que ellos tienen que pisar en todo momento con un pie, es su referencia y tienen que guiarse sobre ella, si sacan los dos pies, se para el combate y se reanuda", explica Gabriel Traversa a Antena 3 Noticias.
Con la careta ya colocada, Kiko y Cori comienzan los asaltos. El primero es entre ellos, algo que no suelen hacer.
"No me imaginaba practicándola y, ahora, me gusta mucho" || Kiko Rodríguez
"Se nota cuando tiras mucho con alguien porque ya conoces como se mueve, Cori y yo no solemos tirarnos", apunta Kiko.
Este joven de 19 años fue el primero de España en iniciarse con la esgrima a ciegas, un deporte pionero.
"No me imaginaba practicándola y, ahora, me gusta mucho", admite Kiko.
Lo mismo piensa Cori, a la que sí le gustó de siempre el deporte, pero no pensaba que podría llegar a divertirse tanto con él,
"Con la espada me siento libre, es una sensación diferente, hay quien piensa que nos puede dar miedo o nos podemos hacer daño... ¡Nada que ver! Es una sensación distinta a todo", admite Corina.
Esta viguesa destaca la espada como "una prolongación de mi brazo", algo que la ayuda a sentir y tocar más lejos, casi como estar en un sueño.
Kiko no puede evitar soñar y desea estar algún día "en unos Juegos Paralímpicos". Cuando Cori y Kiko terminan su particular batalla es el turno de que otros compañeros, videntes, hagan de esparrin.
"Nos meten unas palizas... cambia mucho la perspectiva, te pones el antifaz y luego te ves, y te das cuenta que apuntas hacia cualquier lado menos a donde debes", comenta entre risas Lucas, el primero de los que le ha tocado aguantar el chaparrón de tiros de Kiko. No es el único.
"Aquí todos tiran contra todos, es la forma de saber lo que sienten ellos, y así Kiko y Cori se enfrentan a personas distintas: más altas, con piernas más largas, más pequeños... Eso les ayuda para las competiciones”, dice Garbiel Traversa.
"Yo no sé cómo hacen, me parece increíble", alucina Rosa, presidenta del club, mientras habla de ellos y su habilidad con el arma.
"Son muy buenos chicos y muy competitivos, estando con nosotros producimos un cóctel perfecto para entrenar", se alegra Rosa cuando los ve tirándose.
Ahora, los esfuerzos del Club Esgrima Ciudad de Vigo se centran en conseguir que se celebre el Campeonato de España de Esgrima a Ciegas.
La Federación Española les ha pedido que mínimo cada delegación debe presentar cinco o seis componentes para realizar algo serio, y que seguramente se lleve a cabo en Galicia, por ser una de las sedes fuertes de esgrima, junto con Ciudad Real.
Por ello, Kiko y Cori siguen entrenando para llegar lo más preparados posibles a la cita, aunque para ella, a la vista está, lleguen sobrados de forma y ganas.
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