Sonaba el himno de Estados Unidos en su honor como consecuencia de la medalla de oro conseguida en la final de esgrima de los Juegos Panamericanos de Lima 2019. El protagonista, Race Imboden, decidió arrodillarse en forma de protesta.
La imagen resulta sorprendente, pero no es la primera ni será la última vez que un deportista estadounidense se arrodilla cuando suena el himno de su país. Todos lo hacen por la misma circunstancia: en señal de protesta ante las políticas llevadas a cabo por el actual presidente, Donald Trump.
"Debemos pedir un cambio", escribió Imboden en Twitter. "Esta semana tengo el honor de representar al equipo de Estados Unidos en los Juegos Panamericanos, llevándome a casa el oro y el bronce", dijo.
"Sin embargo", continúa, "mi orgullo se ha visto truncado por las múltiples deficiencias del país que aprecio tanto en mi corazón. El racismo, el control de armas, el maltrato de migrantes y un presidente que difunde el odio están en la cima de una larga lista".
"Elegí sacrificar mi momento hoy en la cima del podio para llamar la atención sobre los problemas que creo que deben abordarse. Animo a otros a utilizar sus plataformas para el empoderamiento y el cambio", sentenció el atleta.
Con motivo de sus actos, podría ser sancionado de acuerdo con el Comité Olímpico de Estados Unidos, debido a que todos los atletas firmaron un acuerdo donde afirman que no harán comentarios de propaganda política, religiosa o racial durante los Panamericanos.
El gesto de hincar la rodilla en el suelo y bajar la cabeza durante el himno de Estados Unidos se ha convertido en un símbolo de protesta contras las injusticias desde 2016, cuando el quarterback de los San Francisco, Colin Kaepernick realizó el mismo en protesta por los disparos contra ciudadanos negros desarmados.
De nuevo una señal de protesta de un deportista contra Donald Trump y, de nuevo, en los Juegos Panamericanos tras las declaraciones llevadas a cabo por Carl Lewis.
