Miguel Ángel Rebouras, de un grave accidente a debutar en la Copa del Mundo de bobsleigh adaptado

Si alguien le dice a Miguel Ángel Rebouras que iba a competir en bobsleigh adaptado hace seis años no se lo creería. Tampoco que iba ser campeón de España de kettlebal adaptado. Ahora, más de 2.000 días después, ha conseguido ambas cosas, y no quiere parar: "hace seis años era impensable".

Gracias a la silla de ruedas ha conseguido "más oportunidades, conozco más gente, hago más cosas, tengo más tiempo..." Y todo eso lo dice con una sonrisa en su rostro, porque "hasta el momento no me ha dado el bajón".

"¡Aguantarlo tela eh! No te creas...", es lo primero que nos dice Joan Rodríguez, director técnico de la Fundació Isidre Esteve, eso si, con una sonrisa en la boca y mirándolo de reojo.

Viajó hasta Nueva York para competir en bobsleigh adaptado, un deporte que solo conocía "de verlo en una película"

"A nivel de entrenamiento se deja hacer de todo, cualquier reto u oportunidad que nos surja él tiene un perfil muy bueno". Así lo define el que también es su entrenador, y Miguel Ángel lo deja claro: "me apunto a casi todo, y si tiene velocidad, mejor".

Esa fue una de las claves para apuntarse sin pensarlo a la oportunidad que le surgió con el bobsleigh. Desde la Federación Española se lo ofrecieron y no dudó un instante, aunque "desde aquí salíamos sin conocer nada, lo había visto en alguna película en la televisión, y es complicado, cada curva tiene su técnica".

La experiencia en Lake Placid, una pequeña villa del condado de Essex, en Nueva York, fue casi inmejorable. Como novato de este deporte, comenzó poco a poco y en unos días ya le dejaban realizar gran parte del trazado, algo para lo que la gente "tardaba varios meses". Como consiguió puntuar en una de las pruebas, podrá ir a otra competición europea en enero.

Junto a su entrenador Joan Rodríguez se preparó para competir en el Campeonato de España de kettlebal adaptado

Este vigués también es campeón del mundo y de España de kettlebal adaptado: "por culpa del gimnasio, entrenando con Joan y Gus nos anotamos (...) por primera vez en silla". Bendita culpa, que no le permite estar quieto ni un instante: "me apuntaré a todo lo que venga".

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