Aventura

Miguel Lozano, de las profundidades del mar a gestionar el frío en la montaña

Miguel Lozano es uno de los mejores apneístas a nivel mundial. Campeón del mundo y capaz de bajar hasta 122 metros de profundidad en el mar. Ahora ha decidido aunar todos sus conocimientos a lo largo de los años y trasladarlos a todo aquel que quiera, a través de unos retiros en montañas de hasta 3.000 metros de altitud, aprender a controlar la mente y los miedos.

Miguel Lozano instruye en el control metal a través del frío

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No hay como sacar a alguien de su zona de confort para saber realmente lo que tiene. Y para ello Miguel Lozano, uno de los mejores apneístas de todos los tiempos, junto a guías de montaña ha decidido crear unos retiros a la montaña, para hacer ver a la gente de lo que son capaces, sobre todo sus mentes, con un poco de entrenamiento como la que requiere cualquier apneísta.

"Gestión emocional y el control mental son básicos. Todo eso lo hemos transferido a la adaptación y gestión del frío", explica Miguel Lozano a Antena 3 Deportes.

Llevar su técnicas de apnea al control mental sobre el frío

Así que una vez que se encuentran en la montaña, toca despojarse de la ropa, para afrontar el frío sin temor a él. Gracias al movimiento y la respiración generan el calor necesario para no sufrir una hipotermia.

"El frío solamente es cutáneo, y eso aprendemos a disociarlo", cuenta Miguel Lozano a Antena 3 Deportes, mientras emprenden a -5 grados centígrados la subida a uno de los picos de la Vall de Núria, en el Pirineo gerundés.

La caminata de entre tres y cuatro horas, con los cuerpos semidesnudos y caminando sobre la nieve sirve para llevar a la práctica todas esas técnicas de relajación aprendidas previamente.

"La liberación de endorfinas hace que sientas no sólo no frío, sino felicidad", apunta el apneista Miguel Lozano. Eso es lo que siente el grupo al alcanzar la cima de la montaña de casi 3.000 metros de altitud. Pero todavía no ha terminado la experiencia ni el control de la mente. El siguiente paso es sumergirse en el medio de un lago de alta montaña, un baño de cinco minutos en unas aguas a 1ºC.

"A la gente le encanta porque hacen cosas que creían que no eran capaces de hacer", asegura Miguel Lozano. Eso es en lo que deben pensar los valientes participantes cuando meten sus cuerpos en esa gélidas aguas con una capa de hielo a su alrededor. 1 grado era la temperatura del agua en ese momento, en unos baños de entre 3 y 5 minutos, lo suficiente para controlar la sensación de frío y no tener ningún percance físico, porque ante todo prima la seguridad, como afirma un Miguel Lozano que advierte de que "sepan que exponerse está bien para salir de la zona de confort, pero tampoco sin buscar récords mundiales, para eso están los profesionales como la apnea en mi caso".

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