GP de Países Bajos
Así fue la exhibición de Alonso en Zandvoort: doble adelantamiento en la salida, vuelta rápida, piloto del día...
'Magic' y Aston Martin llegan lanzados del parón y vuelven al podio. Te explicamos cómo fue el despliegue de talento de Alonso en el GP de Países Bajos.
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42 años y cómo ha vuelto del parón... Don Fernando Alonso Díaz ha dado una memorable masterclass de pilotaje en el GP de Países Bajos, dónde partió 5º y terminó segundo a solo 3 segundos de la que hubiera sido su victoria número 33 en Fórmula 1. A 3 segundos de un Verstappen subido en un cohete con el que ha igualado el récord de Vettel: ¡9 victorias consecutivas!
Doble adelantamiento por dentro en la primera vuelta
Lo de Max también tuvo su mérito pero hoy hay que hablar de Alonso. El piloto de Aston Martin salió desde la quinta posición y apenas tardó 20 segundos en realizar su primer truco de magia. El asturiano se coló por dentro en la curva 3 pasando de un plumazo a Albon y Russell para meterse de lleno en el podio, 3º. Maniobra marca de la casa. Inicio inmejorable.
Gestionó, apretó y fue el más listo tras boxes
En una carrera completamente loca, Alonso, como acostumbra, tiró de experiencia y mano izquierda. Con el podio en la mano gestionó gomas cuando había que hacerlo y apretó cuando Gasly o Sainz se lo exigieron. La llegada de los primeros chubascos intensos no cambiaron su estrategia, acertado también Aston Martin al meterle rápido en boxes. Previamente, el zagal de 42 años ya había dado una clase de cómo adelantar por fuera, por dentro, con DRS, sin él, en lluvia, en seco. Al pobre Zhou se lo comió nada más salir del pitlane pese a estar emparejados ¡Es que estaba en todo!
Mala parada de Aston... que arregla Fernando sin despeinarse
Los mecánicos de la escudería británica sí fallaron en la última parada del ovetense, dónde algo se atascó y perdió 5-6 segundos que le hicieron perder la posición de podio con Sainz. Pero le duraría cuestión de segundos al de Ferrari, 'Magic' salió con blandos nuevos y le quitó las pegatinas en apenas 2 vueltas.
Vuelta rápida por delante de los Red Bull
Todavía faltaba lo mejor y lo peor. El bicampeón, sabedor de que otro chaparrón se acercaba por el horizonte, exprimió los blandos y se sacó de la chistera una vuelta rápida que le sirvió para llevarse un punto más. Ni Verstappen ni Pérez, en estrategias diferentes eso sí, pudieron arrebatarle el tiempo.
Alonso rodaba tercero pero a solo 10 vueltas del final empezó a caer la mundial. De seco a extremos en apenas unos minutos. Pérez abrió la veda entrando el primero para poner intermedios, todos lo hicieron excepto Ocon. Verstappen y Fernando, primero y segundo entonces, tuvieron que dar una vuelta con blandos en un trazado cubierto ya por el agua, perdieron tiempo pero entraron enseguida y pudieron mantener posiciones.
Llega el chaparrón y Pérez le 'cede' el 2º puesto
Pese a que todos los pilotos de la parrilla ya habían cambiado compuestos se empezaron a ver sucesivos trompos, volantazos y salidas de pista, la que tuvo el propio Checo Pérez brindándole el segundo puesto al español de Aston. Max 1º, Alonso 2º y siete vueltas por delante hasta que... ¡Zhou se va contra el muro! Bandera roja y a boxes. Quedarían 7 giros que terminaron siendo 5 quitando las dos vueltas que dio el Safety para reconocer el asfalto. Una espera eterna hasta el relanzamiento que se hizo más amena con la música y el increíble ánimo de los aficionados neerlandeses.
Ahora sí, 30 minutos después volvió la acción a Zandvoort con posibilidades reales de la '33' de Alonso. Y no se dio no porque el ex de Ferrari no lo intentara por activa y pasiva, pero Max es implacable, incluso en lluvia. Hoy sí tuvo que currárselo. Hubo algún atisbo de ponerse a menos de un segundo pero el neerlandés enseguida amplió gap y el experimentado piloto de 42 años, como después aseguró ante los micrófonos, no se 'atrevió', si es que es acertada esta palabra, a tirarle el coche en el relanzamiento. Mejor pájaro en mano que ciento volando. Segundo puesto, séptimo puesto, vuelta rápida, piloto del día y lo más importante: una sonrisa de cabo a rabo. El samurái está de vuelta.
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