El Toyota 8 de Fernando Alonso

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EL TOYOTA 8 DOMINÓ AL 7 DURANTE TODA LA PRUEBA

Fernando Alonso se acerca a la victoria en el WEC tras ganar con claridad las 1.000 Millas de Sebring

Fernando Alonso está cada vez más cerca de proclamarse campeón del WEC junto a Buemi y Nakajima. El español, a bordo del Toyota, logró una impecable victoria en las 1.000 Millas de Sebring en una carrera en la que el otro bólido nipón no tuvo su día. La siguiente cita de resistencia, en mayo en las 6 Horas de Spa-Francorchamps.

Fernando Alonso (Toyota TS050 Hybrid) reforzó su liderato en el Mundial de Resistencia (WEC) al ganar, junto al suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima, las 1.000 Millas de Sebring, la sexta prueba del certamen, que se disputó en el citado circuito de Florida (EEUU).

Alonso y sus compañeros ganaron con claridad, con una vuelta de ventaja sobre el otro Toyota, el del argentino José María 'Pechito' López, el inglés Mike Conway y el japonés Kamui Kobayashi. Con lo que elevaron a quince puntos su ventaja al frente del WEC, que dominan ahora en su principal categoría (LMP1) con 135 unidades, frente a los 120 del segundo coche de la escudería nipona.

El doble campeón del mundo asturiano de F1 -el gran ausente en Australia, en el arranque de un Mundial del que se despidió tras 17 temporadas en las que capturó los 32 triunfos que cuenta España en toda su historia- voló sobre los baches de la vetusta pista estadounidense.

En la que logró su tercer triunfo en el WEC junto a sus compañeros, con los que ganó las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica) y las prestigiosas 24 Horas de Le Mans (Francia): las dos pruebas que se repetirán y que cerrarán la 'Súper-temporada' del certamen, en mayo y a mediados de junio, respectivamente.

Esta vez, los dos Toyota -descalificados, por irregularidades en el fondo plano, en las Seis Horas de Silverstone (Inglaterra), que también había ganado el equipo de Alonso- cruzaron la meta por delante del SMP Racing número 11, pilotado por el neozelandés Brendon Hartley y los rusos Mijail Aleshin y Vitaly Petrov.

Alonso fue el segundo en subirse al Toyota número 8, para el que había iniciado la prueba, a las cuatro de la tarde, Buemi. El genial piloto asturiano, que se había exhibido la noche anterior en la calificación, firmando el récord de vuelta al mítico circuito que albergó la primera prueba de resistencia disputada en los Estados Unidos -en 1952-, se puso al volante en el giro 43.

Lo hizo a 225 vueltas, de las teóricas 268 previstas, para el final; una después de que en el otro prototipo de la escudería japonesa Kobayashi -junto al que Alonso había ganado, en enero, las 24 Horas de Daytona, asimismo en Florida-, reemplazase a 'Pechito'.

Tras la reagrupación subsiguiente al primer cambio de pilotos, el ovetense aventajaba en casi diez segundos al coche 'hermano', que tras ganar las dos pruebas anteriores, las Seis Horas de Fuji (Japón) y las Seis de Shanghái (China) -no sin cierta polémica interna- se había acercado a cinco puntos, que se ampliaron a 6 tras el punto que añadió Alonso con su espectacular 'pole' del jueves.

Fernando aumentó la ventaja a 33 segundos antes del primer percance, el del ruso Egor Orudzhev con su SMP Racing, que provocó bandera amarilla en toda la pista y la entrada del coche de seguridad; lo que aprovecharon ambos Toyota para parar en garajes.

Cuando se relanzó la prueba, Alonso volvió a ampliar la casi totalmente reducida diferencia hasta los trece segundos, antes de cederle su coche a Nakajima, en la vuelta 89; una después de que en el otro coche nipón el inglés Conway reemplazase a Kobayashi.

En el ecuador de la prueba -que concluyó tras alcanzarse las ocho horas y al haber dado 253 vueltas- Nakajima le sacaba dos segundos y medio a Conway; con el tercero, el Rebellion que manejaba el galo Nathanael Berton, a tres vueltas. Unos giros después, en el 135, Buemi retornó al coche de Alonso, después de que 'Pechito' retomase de nuevo el volante del número 7 en la pista -de 6.019 metros y 17 curvas- construida sobre un aeródromo empleado como base de entrenamientos durante la II Guerra Mundial, el Hendricks Army Airfield.

Y poco más tarde se produjo el incidente que decidió la prueba. 'Pechito' se 'tocó' con un Aston Martin de una categoría inferior al que estaba doblando, tuvo que parar a cambiar la carcasa que cubre el motor y a reparar la sujeción de la misma, como consecuencia de un golpe que también dañó el fondo plano de su coche. Que le hizo perder dos vueltas y, con los bajos dañados, algo de ritmo.

Sólo un serio percance le podría quitar la victoria al trío que capitanea Alonso. Y eso no se produjo, conscientes de que el triunfo en Sebring -a diferencia de las pruebas de seis horas- otorgaba 32 puntos, en vez de 25; y de que el segundo sumaría 23, en vez de 18.

Fernando se volvió a subir en la vuelta 181, cuando ya rodaba de nuevo Kobayashi, que acabaría cediendo el volante a Conway, antes de que el mejor piloto español de toda la historia se lo dejase a Nakajima; con el que había promediado el mejor crono en calificación del jueves.

Por detrás, el SMP de Petrov, Aleshin y Hartley se aseguraba la tercera posición entre el diluvio final y con el coche de seguridad en pista, a once vueltas del coche del genio astur. Que ahora ya se puede centrar en preparar su gran objetivo de la temporada, las 500 Millas de Indianápolis, asimismo en Estados Unidos.

Donde un triunfo, el 26 de mayo, le haría acreedor -tras haber ganado las 24 Horas de Le Mans y (dos veces) el Gran Premio de Mónaco- a la 'Triple Corona'. Pero, antes de eso, afrontará, el primer fin de semana de mayo, la penúltima prueba del WEC, las Seis Horas de Spa-Francorchamps, en el espectacular y mítico circuito de las Ardenas, en Bélgica.

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