El trazado de Suzuka es famoso por su curvas y por eso se trata de uno de los trazados más complicados. En concreto la 130 es una de las más difíciles del campeonato. Este fin de semana en el Gran Premio de Japón de Fórmula 1 Charles Leclerc lo probó en sus propias carnes. El piloto monesgasco tuvo que realizar una temeraria maniobra a la hora de hacer esta parte del trazado nipón.
Con una mano en el retrovisor y otra en el volante. Así tomó el piloto de Ferrari una de las curvas, que otrora fue uno de los grandes desafíos del Mundial de pilotos de Fórmula 1.
Leclerc había perdido parte del alerón en la salida tras golpearse con Verstappen. El piloto del monoplaza rojo tuvo entonces que sujetar el retrovisor para poder llegar a boxes y acabar la carrera.
El mal fin de semana de Leclerc
El piloto monegasco tuvo un fin de semana para el olvido. Fue siempre superado por Sebastian Vettel, su compañero de equipo. Además, la carrera la empezó torcida tras su toque con Verstappen en la salida. Un percance que le obligó a parar en boxes, pero ni eso evitó que no pudiera pasar del sexto puesto.