Fútbol sala
La nueva vida de tres refugiadas ucranianas en el club coruñés Amarelle Fútbol Sala
Esta es la historia de tres jugadoras de futbol sala ucranianas que lograron por los pelos huir de su país y llegaron a A Coruña, donde han sido acogidas por un equipo que se ha convertido en su familia.
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Daryna, Khrystyna y Olena, tres jovenes ucranianas, comenzaron en marzo a escribir un nuevo capítulo de sus vidas lejos de su casa. Lo hacen en A Coruña después de que estallara la guerra. Lo hacen también ligadas al deporte, en las filas del equipo coruñés Amarelle Fútbol Sala, después de huir de su país y el posterior viaje hasta llegar a Galicia. La preocupación por lo que está pasando en su país se palpa en sus miradas: "No sabemos cual va a ser el futuro de la guerra. Ahora Rusia va a mandar a 300.000 hombres más".
Pero la ciudad herculina no fue su primera parada. "Estaban en Burela, y nos llamaron del equipo de allí para comentarnos que estaban estas tres jugadoras buscando un sitio donde jugar y se vinieron con nosotros", explica José María López - Pardo, presidente del club. Unas jugadoras que en Ucrania estaban ligadas al WFC Tesla, que ha sido campeón de liga.
"Al principio la comunicación era un poco difícil, también en la pista. Utilizábamos los gestos e incluso el traductor, pero ahora con el paso del tiempo están más adaptadas", apunta María Gómez, capitana del conjunto. "El recibimiento fue muy bueno, son unas chicas muy abiertas y divertidas. Además s las jugadoras españolas son muy buenas", coinciden las tres.
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Ahora empiezan de cero y han logrado encontrar un trabajo. Daryna y Olena han conseguido que algunos familiares también se vinieran a vivir a A Coruña. Sin embargo, Khrystyna no ha tenido la misma suerte y sus allegados siguen sufriendo las consecuencias de la invasión rusa. Desde aquí siguen minuto a minuto lo que pasa en el conflicto, eso sí, sin perder la sonrisa que les provoca el deporte.
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