Dos polizones australianos se hacen pasar por golfistas para disputar un torneo en Corea del Norte

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¿AVENTUREROS O KAMIKAZES?

La increíble aventura de dos jóvenes australianos que se colaron en Corea del Norte para jugar un torneo de golf

Enviaron un correo a los organizadores para inscribirse, se compraron unos trajes en la capital China y viajaron al país de Kim Jong-un simulando representar al equipo de golf de su país, Australia. Quedaron penúltimos, pero lograron estar cinco días en la Pyonyang.

Dos jóvenes australianos de Brisbane y compañeros de secundaria, Morgan Ruig y Evan Shay, estaban de gira en Pekín con su equipo de polo cuando descubrieron que estaba por disputarse en pocos días, del 8 al 9 de octubre, el North Korean Amateur Golf Championships en Pyonyang.

Los dos compañeros se lanzaron a la aventura y probaron suerte sin saber jugar al golf; se compraron en China dos chaquetas verdes con el tradicional logo de su país y se hicieron pasar por representantes del equipo de golf australiano. El truco funcionó, y el chiste amenazó con convertirse en un terrible problema.

"Nos pusimos muy nerviosos al tener que entregar nuestros pasaportes en la frontera. Este es el tipo de historia en el que la que las personas no regresan a casa", le contó Ruig al periódico Courier-Mail. En el torneo, inaugurado en 2011, participaban otros 85 golfistas de todo el mundo. Ninguno de ellos de Corea del Sur, pues es el único país cuya participación sigue vetada.

Penúltima posición

En el torneo, la pareja quedó penúltima, solo por delante de la hija de 15 años del embajador de Nepal. "Yo hice 120 y mi caddy me dijo que había 'deshonrado' a mi familia", expresó contó Ruig. No pudieron superar el récord "logrado" por el que en Corea del Norte consideran mejor golfista de la historia, Kim Jong-il, quien en su primera y única partida logró un 'once en uno' y 38 golpes bajo par.

A pesar de que perdieron el campeonato, Ruig y Shay tuvieron un tour de cinco días en Pyongyang y tuvieron ocasión de estar con el embajador suizo en el país. "No se lo recomendaría a las viajeros menos aventureros. Fue algo bastante difícil, pero fue una experiencia increíble", concluyó Ruig.

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