La selección española de fútbol sala volverá a disputar las semifinales de un campeonato de Europa, tras imponerse este lunes por 2-6 a la de Portugal en un duelo en el que hizo valer su fortaleza como equipo ante las genialidades de Ricardinho.
El conjunto español carece de una estrella como Ricardinho, posiblemente el mejor jugador del mundo, pero hoy demostró en Belgrado que a nivel colectivo pocos equipos pueden competir con la seriedad, inteligencia y oficio de los de José Venancio López.
Nunca tuvo dudas la selección española, que a base de constantes ayudas cerró todos los caminos a Ricardinho, que, salvo en algún que otro esporádico disparo lejano, apenas fue capaz de inquietar en la primera parte la meta defendida por Paco Sedano.
Todo lo contrario que España, que a base de paciencia y estudiadas triangulaciones llegó con asiduidad a la portería lusa, donde un nervioso Bebe, sustituto hoy de Vítor Hugo, incitaba a disparar constantemente a los jugadores del equipo español.
El mejor juego español encontró su premio a los trece minutos de juego al transformar Miguelín un claro penalti (0-1) cometido por Bruno Coelho sobre Álex.
Ese gol dio paso a los mejores momentos del conjunto español, que pareció dejar sentenciada definitivamente la contienda con dianas de Mario Rivillos, que estableció a los 15 minutos el 0-2, y Alex, que tres más tarde, en el 18, firmó el 0-3 con un sensacional "sombrero" al meta luso Bebe.
'O Mago', el mejor del planeta
Sin embargo, Portugal no se rindió y mucho menos su gran estrella, el jugador del Movistar Inter español Ricardinho, que mostró en el segundo tiempo el inmenso catálogo de recursos que han convertido a "O Mago" en el mejor jugador del planeta.
Pero ni el empeño de Ricardinho, que logró reducir hasta en dos ocasiones la ventaja del conjunto español con dos magníficos tantos, en particular, el 2-4, en el que el luso, tras una espectacular maniobra, "rompió" la meta española con un durísimo disparo, logró quebrar la fortaleza colectiva de la selección española.
España volvió a tirar de oficio para aprovechar las prisas del combinado luso y sentenció el triunfo a la contra. En las semifinales, se medirá con el vencedor del duelo que enfrentará mañana a Italia, la vigente campeona de Europa, con Azerbaiyán.
