La victoria anunciada de Sául "Canelo" Álvarez frente a su compatriota Julio César Chávez junior se materializó a través de 12 asaltos de la pelea disputada en Las Vegas que permitieron al triunfador dar una lección de boxeo y dejar a su compatriota fuera de la elite mundial.
Álvarez, de 26 años, cumplió con todos los pronósticos al ganar por decisión unánime, los tres jueces que la siguieron le dieron como ganador de los 12 asaltos pactados con cartulinas iguales de 120-108, y nunca tuvo rival en su compatriota, que confirmó que ya no tiene nada que aportar dentro del deporte del boxeo, si es en algún momento lo hizo.
La llamada pelea por el orgullo nacional se convirtió en un auténtico monólogo de superioridad por parte de Álvarez que una verdadera lucha entre dos púgiles de elite que de verdad iban a definir al mejor de todos dentro del siempre destacado boxeo mexicano.
A pesar que Álvarez tuvo que subir de peso para entrar dentro de la categoría de los supermedianos, sin que hubiese ningún título en juego, jugó con su rival y lo único que le faltó fue dejarlo fuera de combate.
Algo que no hizo porque Chávez junior, hay que darle crédito, aguantó bien el castigo, y a Álvarez le faltó el golpe demoledor que lo mandase a la lona, lo que hubiese sido una derrota aun más dañina para la imagen y futuro del perdedor que sale automáticamente de la elite mundial.
Ni la mayor envergadura ni la presunta pegada más potente de Chávez junior le sirvieron a la hora de contrarrestar la desigual pelea en la que Álvarez ponía la mejor técnica, talento y estrategia sobre el cuadrilátero.
Narrar todo lo que sucedió en los 12 asaltos se puede resumir en lo que se había dado hasta el quinto cuando Álvarez siguió colocando su directo con una mezcla perfecta de combinaciones que no tenían respuesta por parte de su rival, temeroso en todo lo que hacía y convencido que iba a perder por lo que se limitó a echarle valor.
Álvarez colocó dos potentes derechas en el cuarto asalto y Chávez junior se quedó aun más paralizado en su boxeo, mientras que los espectadores que llenaron el T-Mobile Arena de Las Vegas (Nevada) con una asistencia récord de 20.510 personas comenzaron a corear el nombre de "¡Canelo! ¡Canelo!".
La asistencia fue nueva marca en el joven recinto deportivo y al final quedó confirmado que los grandes triunfos de la pelea no fue el deporte del boxeo sino los promotores, que hicieron de verdad taquilla.
El quinto sirvió para que Álvarez colocase otra derecha potente que alcanzó de lleno el rostro de Chávez junior que sintió el efecto y dio de manera más acentuada la imagen se sentirse indefenso ante el ataque de su rival. Al final del asalto las estadísticas eran aun más demoledoras en favor de Álvarez que había colocado 102 golpes por 25 de Chávez junior.
Todo lo demás que siguió fue una repetición de lo sucedido en el quinto asalto y el único mérito de Chávez junior fue no dejarse llevar por la impotencia de no tener ningún opción al triunfo y mantenerse de pie sobre la lona del cuadrilátero.
La historia del desigual combate, sin ningún proyección deportiva, dejó a Álvarez como el púgil muy superior a su compatriota, además de llevarse una bolsa de 18 millones de dólares. Los tres jueces que siguieron la pelea, que acabaron bostezando ante la falta de tener que esforzarse ante la superioridad manifiesta de Álvarez, al final lo vieron como ganador unánime, sin que perdiese ningún asalto.
Con su triunfo "Canelo" Álvarez dejó la marca en 49-1-1, 34 nocáuts, mientras que Chávez junior, la colocó en 50-3-1, 32 victorias logradas por la vía rápida. Pero lo más importante, que de acuerdo a su promotor, Oscar De La Hoya, el próximo 16 de septiembre ya tiene firmada la pelea para que se enfrente al invicto kazako Gennady Golovkin, campeón del peso mediano en tres organizaciones mundiales, título que expondrá ante el rey indiscutible del boxeo mexicano.