En la madrugada del domingo al lunes se disputa la final de la Super Bowl 2021 en Estados Unidos, uno de los eventos deportivos más importantes del mundo y que cada año mueve astronómicas cifras económicas, de audiencias, etc. Pero este año la pandemia del coronavirus lo ha cambiado todo.
Y es que el partido entre los Buccaneers de Tom Brady y los Chiefs de Patrcik Mahomes en la final de la Super Bowl, llega marcado por el coronavirus. La COVID-19 trastoca todo y la Super Bowl no se libra. Se prevé que la Super Bowl 2021 sea una sombra económica de lo que suele ser normalmente.
Para empezar habrá un aforo reducido en el estadio de los Buccaneers y las tradicionales apuestas previas a toda Super Bowl han quedado reducidas en un 37 % a 4.300 millones de dólares.
Uno de los aspectos que más van a cambiar en la Super Bowl de 2021 es la de los anunciantes. Algunos de los grandes anunciantes de la Super Bowl, entre ellos el fabricante de la cerveza Budweiser, han decidido no emitir durante el evento deportivo sus icónicos "spots" publicitarios, que el año pasado ascendían a más de 5 millones de dólares por medio minuto.
No es el único gigante que ha decidido no anunciarse este año. PepsiCo no publicitará el famoso refresco que da nombre a su compañía para centrarse en los patrocinios del "halftime show", el espectáculo musical de mitad de juego en el que habitualmente actúan los cantantes del momento, este año el canadiense The Weeknd.
No sólo habrá menos dinero y anunciantes. La Super Bowl LV será la que tendrá menos público presente en la historia de la final. El estadio Raymond James de Tampa, en Florida, tiene capacidad para 65.000 personas, la organización ha decidido que sólo se permita la entrada a 22.000 personas.