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Una pasión que no entiende de edad

En la "Motorbike Indoor School" han incorporado nuevas técnicas de pilotaje que van dedicados a alumnos de todas las edades, lo que hace que bajo el casco todos sean iguales.

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En la "Motorbike Indoor School" de Algete la edad no importa a la hora de ponerse el casco. En esta escuela buscan transmitir la pasión de las motos a todos sus alumnos, desde el más pequeño hasta el mayor de ellos.

A la vez que se divierten, muchos sueñan con convertirse en uno de sus ídolos, es el caso de Pepe, uno de los pupilos más jóvenes. Con seis años, ya tiene muy claro su referente. "Me fijo en Marc Márquez", asegura. Quiere llegar a ser como él y en esta escuela puede llegar a conseguirlo. A la pregunta de si un campeón se nace o se hace, el director del centro, Hugo Druill lo tiene claro: "Con trabajo y ganas se puede hacer".

"Siempre estamos innovando y enseñando cosas nuevas"

Hugo Druill, director del centro

En esta escuela se centran en mejorar y pulir el sistema de conducción, lo combinan con el desarrollo de técnicas que utilizan los pilotos de élite para reducir algunas décimas en sus vueltas. Para su director, Hugo Druill, es muy importante incorporar nuevos métodos . "Siempre estamos innovando y enseñando cosas nuevas independientemente del nivel de cada piloto".

Una escuela sin límite de edad

"Motorbike Indoor School" tiene una peculiaridad, incorpora a alumnos de todas las edades, Druill remarca su importancia: "Tenemos niños de hasta dos años y medio que en cuarenta minutos están montando en moto". Pero no solo los pequeños son los protagonistas, los más veteranos también disfrutan abriendo gas, Juan José Pérez, de 62 años, lo corrobora: "Disfruto, me quito la adrenalina, hago el salvaje, sudo... todo en uno", su compañero, Paco Soler, de 53 años, coincide: "Son todo niños y yo soy uno más, me lo paso como ellos".

"Es el mayor acierto de mi vida"

Tanto dentro como fuera de la pista, todos forman una familia, la cual comparte la adrenalina de enfundarse en un mono y subirse en una moto. Porque nunca es tarde para disfrutar de lo que más les gusta, Juan José Pérez es ejemplo de ello. "Es el mayor acierto de mi vida, es súper guay", asegura Juan José.

En esta escuela madrileña animan a los que forman parte de ella a perfeccionar su conducción, a la vez de seguir disfrutando del olor a gasolina y quién sabe, incluso puede que algún día, uno de sus alumnos se convierta en el próximo campeón del mundo de motociclismo.

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