Aventura
La peligrosa odisea de unos militares españoles en la 'montaña virgen' del Karakórum
Humbroq Peak es una cima de 6.459 metros en Pakistán que nadie ha conquistado jamás. Este equipo del Ejército regresa a España a salvo de milagro: "La montaña nos ha zumbado por todos lados".
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Un equipo del Ejército se ha llevado un buen susto en el Humbroq Peak, un pico todavía no escalado en la cordillera del Karakórum, en Pakistán. Los 11 miembros de la expedición del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) se enfrentaban a esta peligrosa ruta tras más de cuatro años de preparación.
El Humbroq Peak, que podría traducirse como pico Cigarrillo, tiene una altitud de 6.450 metros y su cima nunca ha sido hollada. Es una montaña de gran complejidad técnica; la montaña se encuentra entre los glaciares Honboro y Bukma y, aunque no es excesivamente alta, los peligros acechan a a cada paso.
"Hubo un crujido y el glaciar bajó un palmo todo donde estábamos... Bastante suerte hemos tenido"
Adriano Martín, subteniente de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (Emmoe), que ha participado en el reto, explica a Antena 3 Deportes la odisea del equipo en la cordillera paquistaní: "La realidad es que la montaña nos ha zumbado por todos lados. Fuimos sabiendo que iba a ser muy difícil atravesar el glaciar y hubo un crujido en el que bajó un palmo todo donde estábamos... Fue el momento en que ya dijimos 'hasta aquí'. Bastante suerte hemos tenido".
A 1.500 metros de la cima
Les quedaban aún 1.500 metros para la cima, pero los derrumbamientos de roca o hielo formaban parte de su día a día; de ahí que nadie haya conquistado nunca este pico de la cordillera del Karakórum. Con temperaturas muy altas e intentando cruzar el glacial encontraron grandes grietas en el hielo.
Su objetivo era bautizar esa nueva senda en honor al comandante Fernando Yarto, fallecido en 2018 en una accidente que tuvo lugar en el campo de tiro de Las Batiellas, en Jaca (Huesca). El ascenso en homenaje a Yarto, que durante casi una década fue coordinardor del GMAM, cuya reactivación impulsó, tendrá que esperar. Su triunfo esta vez no fue llegar a la cima, sino regresar vivos a España.
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