Sin poder pisar la nieve, Queralt Castellet se tiene que conformar con entrenar en la arena y el agua. Y es que la crisis del coronavirus ha obligado a la snowboarder a cambiar el frío por el calor, el blanco de la nieve por el dorado de la playa... las montañas de Suiza por un chapuzón en Palamós.
Queralt Castellet debería estar en plena temporada de snow, pero el confinamiento le cogió volviendo a casa de sus padres. Y a falta de nieve, cambió su mentalidad: tocaba playa. "Es súper extraño ver la arena. Qué ganas tenía de poder moverme y hacer algo de ejercicio", cuenta a Antena 3 Deportes la subcampeona mundial de snowboard.
"Intento estar encima del skate, la playa es mi gimnasio. Está guay variar también, pero es muy importante estar en contacto con el riesgo, el miedo... sustituir la nieve es muy complicado", reflexiona.
Y es que en la nieve es donde ahora debería estar preparando los trucos para la nueva temporada; Queralt lleva desde principios de marzo sin ver la nieve. "Con ponerme mi tabla o estar en contacto con la nieve ya me sirve", reconoce la subcampeona mundial de 'halfpipe'.
Objetivo: Pekín 2022
Queralt cerró en 2019 su mejor temporada con una medalla de plata en los X Games -"era un sueño, donde veía competir a mis héroes y referentes"- y tenía la motivación intacta para este 2020 en el que la pandemia de coronavirus ha cambiado todo.
Su objetivo, clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2022, sería su quinta participación olímpica, donde espera conseguir una medalla: "Cada vez me acerco más, voy mejorando y espero lograrla en Pekín".
La rider española siempre tuvo la confianza y la determinación de que podía conseguir algo grande, "volcarme al 100% por algo y saber que voy a ir a por ello y que va a salir bien", nos contó orgullosa.
