La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza se clasificó para la tercera ronda de Roland Garros, segundo 'Grand Slam' de la temporada, después de derrotar este jueves con solidez a la francesa Fiona Ferro en dos sets por 6-4, 6-3 en menos de hora y media.
Después de un estreno complicado, por la entidad de la rival, la rusa Svetlana Kuznetsova, y por las condiciones, con los parones por la lluvia y por el frío, la de Caracas tuvo que lidiar con lo diametralmente opuesto ante una joven rival de 21 años y con el sol reinante en la Suzanne Lenglen.
La campeona en París en 2016 volvía a toparse con una oponente francesa tras su eliminación en la gran cita de tierra batida del año pasado ante Kristina Mladenovic y que incluso provocó sus lágrimas por la actitud del público. Sin embargo, en un ambiente más tranquilo, pese a la oposición de la 257 del mundo, Muguruza firmó un buen partido para seguir su andadura en la capital francesa.
El único debe de la número tres del mundo estuvo seguramente en su mal día con su 'drive', sobre el que Ferro cargó su tenis, y con el que cometió la gran mayoría de sus 23 errores no forzados, compensado por sus 26 ganadores, mientras que también le costó conectar primeros con los que dominar mejor a la francesa, casi siempre a remolque en el marcador.
La francesa intentó ser también agresiva para contrarrestar la de una Muguruza, de nuevo como en su debut visitando mucho la red para sentenciar los puntos. Ferro logró mantener la igualdad hasta el sexto juego, tras intercambiar 'breaks' con la hispano-venezolana, pero esta volvió a romper a continuación y ya no dejó escapar la renta.
El partido pareció ponérsele bien a la de Caracas tras lograr una tercera rotura para iniciar la segunda manga, pero Ferro no se descentró y consiguió igualar al instante. La tenista local aguantó hasta el 3-2, pero Muguruza aceleró en los momentos decisivos y se llevó los últimos cuatro juegos y el billete a una tercera ronda donde tendrá a otra veterana como la australiana Samantha Stosur, finalista en la arcilla roja parisina en 2010.