Escalada

El túnel de la Foixarda, un lugar único para la escalada en Montjuic: "Sin él, muchos escaladores no serían quienes son"

En el año 1992 empezaron a trepar por el túnel de la Foixarda y en la actualidad se ha convertido en el mayor rocódromo urbano de Europa.

Imagen del túnel de la Foixarda, en Montjuic (Barcelona)

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En el túnel de La Foixarda, la aventura está más que asegurada gracias al rocódromo que tiene tanto en su fachada como en su interior. Allí acuden miles de personas con el objetivo de aprender a practicar este deporte olímpico (desde 2021) de la mano de escaladores profesionales al tiempo que disfrutan de una experiencia única.

Sin embargo, este paso subterráneo también es el lugar elegido por escaladores profesionales para entrenar: "Si este túnel no existiera, muchos escaladores hoy en día no serían quienes son", afirma David Sánchez, escalador habitual de la Foixarda.

La Foixarda, un destino recomendado por médicos

Entrenar al aire libre rodeado de muchas más personas es un privilegio que ofrece este pasadizo. "Aquí hay mucha pasión e ilusión, es una pasada. Pero la mayor recompensa es ver cómo la gente se anima a practicar un deporte, así como ver que viene gente, aconsejada por su médico, porque ha dejado las drogas o porque sufre depresión", comenta Manolo Sánchez, marcador de la Foixarda y escalador.

Además, este rocódromo situado en Barcelona, es un punto gran interés por muchos escaladores internacionales, ya que saben que pueden disfrutar de su pasión de forma gratuita los 365 días al año durante las 24 horas del día, es decir, siempre está abierto.

Se inauguró en 1992, año de los Juegos Olímpicos de Barcelona

En 1992, se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona, y justo ese año empezó la tradición de utilizar este túnel como un lugar mágico dónde escalar. Sin embargo, en esos años, solamente podían hacerlo por la noche debido al tráfico.

Manolo Sánchez, una vida entregada a este rocódromo

Manolo empezó a escalar en el túnel en el año 1992 utilizando rocas y trozos de madera pegados a la pared del túnel. Y fue en el año 1995 cuando decidió empezar a fabricas presas darle un 'toque' más moderno al túnel. No obstante, no obtiene ningún tipo de recompensa por realizar esta labor. De hecho, el material que utiliza para la decoración de La Foixarda lo paga con sus propios ingresos de un rocódromo que gestiona y con donaciones de escaladores. Sin duda, el ejemplo de Manolo es el de toda una vida dedicada a este tesoro.

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