En la puerta de la mezquita donde sucedió la masacre en Nueva Zelanda se han producido numerosos homenajes a las víctimas. Los alumnos de un colegio de la zona recordaron a los fallecidos con una emocionante 'haka' que acabó con varios niños totalmente devastados.
Atta Elayyan, portero de fútbol sala internacional con Nueva Zelanda, fue una de las víctimas. Amigos y familiares estuvieron presentes en el homenaje. Atta deja huérfana a una niña de dos años.
Su amigo, Elliot Coller, le dedicó un gol besándose el brazalete negro en homenaje a los fallecidos. "Muy disgustado por el ataque terrorista, por eso sabía que los goles que marcara iban a ir dedicados a ellos", comentó Coller.
Varios jugadores de fútbol celebraron sus goles orando en recuerdo a las víctimas.
Fernando Lambert, entrenador de fútbol, tuvo a uno de sus jugadores en el lugar de los hechos: "Uno de mis jugadores logró escapar junto a su padre pero perdió a varios familiares".
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