Hace 10 años la tierra tembló en Japón y luego llegó el tsunami. Las vidas de muchos japoneses, como la de Yasuo Takamatsu, quedaron marcadas para siempre. Hubo unos 20.000 muertos y 2.500 desaparecidos, entre ellos su mujer. Él sigue sumergiéndose en el agua con la esperanza de encontrar sus restos. Dice que es como ir a verla, que así se siente más cerca de ella.
Tras el tsunami aprendió a bucear, con 56 años, con el fin de traer de vuelta a Yuko, su esposa, porque el último mensaje que le envió dice fue este: "¿Estás bien? Quiero ir a casa". Y Yasuo está convencido de que todavía quiere volver. Bucea cada semana desde hace 10 años, con más de 500 inmersiones. Yasuo asegura que siguen encontrando ropa y objetos y por eso es importante no rendirse, que Yuko puede estar en un lugar cercano.
Inmersiones semanales
El gran terremoto provocó olas de 40 metros de altura. Hubo incidentes en reactores nucleares y ciudades como la que vivía Yasuo quedaron devastadas. Su mujer trabajaba en un banco y había sido evacuada hasta el tejado de la sucursal, pero el agua se lo llevó. Y al agua vuelve él cada semana.