Si 2011 ha sido un año muy difícil, 2012 no va a ser mucho mejor. Los pronósticos de las instituciones y organismos internacionales hablan de recesión en el caso de España, pero también vaticinan muchos problemas para el resto de los países de la zona euro.
El pacto por el euro, avalado por casi todo el club de los 27, parece que tampoco es garantía de solución. Los mercados así lo han demostrado durante los últimos meses del 2011, con importantes pérdidas en las bolsas europeras e internacionales, y con la prima de riesgo en máximos históricos. No tienen confianza en lo pactado por los socios del euro.
Pero además, en España hay otra tarea que parece casi imposible de conseguir en estos momentos: resolver el problema del paro. Mariano Rajoy se ha fijado como primera meta llevar a cabo una reforma laboral que quiere pactar con sindicatos y patronal. De hecho, tanto el presidente del Gobierno como la ministra de Empleo y Seguridad Social han mantenido una comunicación "constante" durante las fechas navideñas tanto con empresarios como con sindicatos para conocer cómo se desarrollaba la negociación.
Además, el gobierno tendrá que cumplir los requisitos de déficit que marca Europa. Entre las medidas más urgentes está la de rebajar el déficit público del conjunto de las administraciones públicas al 4,4 % del PIB en 2012, una tarea que quedará en manos del nuevo ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, confirma que el primer ajuste del Gobierno rondará los 4.000 millones de euros, una cuarta parte de los 16.500 millones que prevé recortar, como mínimo, durante 2012.
El propio Luis de Guindos advierte de que nuestra economía caerá en el último trimestre del año y en el primero de 2012, lo que supone la entrada en recesión al encadenarse dos trimestres consecutivos de contracción.
