Arancha es una joven de 19 años que buscaba trabajo. Puso un anuncio en un portal de ofertas laborales, y entonces alguien la contactó para un puesto de camarera. O al menos, eso pensaba Arancha quien ahora denuncia que no le dieron ese puesto de trabajo por tener poco pecho, "por no estar suficiente hecha".
La joven cuenta que el propietario del local le pidió que le mandara una foto "arreglada" y que cuándo se la mandó le dijo: "Eres muy guapa y, si quieres, te puedo llamar para extras, pero no das del todo el perfil. Buscamos a alguien que esté más hecha".
Por lo que veo escote no podrías llevar"
Continúa y escribe: "Vale, top te queda muy bien pero por lo que veo escote no podrías llevar" a lo que ella le contesta: "ya, bueno que me faltan tetas".
Arancha muestra la conversación que mantuvo en Whatsapp por la oferta de trabajo. La charla con el dueño del negocio no queda ahí y el hombre le dice que busca "otra cosa a nivel personal".
"Sólo masajes, nada raro"
Le ofrece ser "masajista" un par de horas a la semana: "Si te interesa miramos precios y listo, sin problema alguno". La chica contesta que no le interesa pero, aún así, él insiste: "Mal no pagaría y sería dos veces por semana, que para tus cosillas te llega fijo". Le pide que si cambia de opinión se lo diga y lanza esta oferta: "Sería 70 euros cada sesión, sólo masajes, nada raro".
Arancha se reafirma y le vuelve a decir que no le interesa. Ahora, aliviada, asegura que "menos mal que no fui a ninguna entrevista, porque podía haber pasado algo peor".
Después de la repercusión en redes sociales, el propietario del local ha vuelto a escribirla diciéndole que "ha sido un malentendido".
