Maravillosa o espectacular son algunos de los adjetivos que han expresado los fans de Zara, firma que ha inaugurado en Madrid su tienda más gran grande y más ecoeficiente del mundo, un cita que no se ha perdido el presidente del grupo Inditex, Pablo Isla, muy pendiente de la experiencia de compra.
Con puntualidad gallega, Pablo Isla, una veintena de directivos y 180 empleados han abierto las puertas de la nueva tienda con un caluroso aplauso de bienvenida, también lágrimas de emoción que retiraban de las mejillas con rapidez para evitar deteriorar el impecable maquillaje.
En la puerta, los primeros fans, curiosos y también profesionales del sector de la moda esperaban, con expectación e ilusión, la apertura de la macrotienda. Unos querían comprar, otros sólo curiosear. Así, Rosa Rodríguez, enfermera que acababa de salir del turno de noche, esperaba pacientemente, "quiero dar una vuelta, curiosear y comprar alguna cosa si me encaja", o Pablo, estudiante de Bachillerato, quien a pesar de no tener que ir al instituto, había madrugado para descubrir cómo es el Zara más grande del mundo, "me encanta su ropa".
Elena y Victoria, también estudiantes, recurrieron al despertador "para comprar alguna cosa, lo que nos permita el presupuesto, nos encanta todo". Antonio y Ana, una pareja de Cádiz, de vacaciones en Madrid, tampoco han querido pasar por alto la inauguración de esta tienda, "ya que estamos aquí aprovechamos y la vemos, si compramos genial, sino disfrutamos del espacio".
Con una mirada más profesional, Patricia, ejecutiva de la firma Polo Ralph Laurent en Estados Unidos, ha viajado expresamente desde Nueva York a Madrid para descubrir cómo es el nuevo edificio de Zara. "Me encanta esta tienda, tiene una estética maravillosa, luminosa", dice esta ejecutiva, quien se declara "amante" de la "calidad" y el "diseño" de la firma española.
En menos de quince minutos, el nuevo establecimiento de Zara con 6.000 metros cuadrados y cuatro plantas súper luminosas, estaba a pleno rendimiento. Los empleados, impecables, vestidos con traje de chaqueta negro, camiseta y deportivas blancas, atendían a los clientes, tan ilusionados como emocionados.
Mientras, Pablo Isla, con un mirada discreta, tomaba el pulso a la tienda, medía al milímetro el ritmo de los empleados y, sobre todo, observaba a los primeros clientes, no perdía detalle de la experiencia de compra que estaban viviendo.
Durante 45 minutos ha recorrido las cuatro plantas de este edificio, ubicado en una de las principales zonas de negocios de Madrid, Azca, un paseo en el que ha comprobado que las velas, edición especial, para esta ocasión, han sido un éxito, se vendían de dos en dos, salvo un caso, un chico que se ha llevado hasta dieciséis.
Este establecimiento, que se controla remotamente desde La Coruña, a través de una aplicación informática, permite adaptar la iluminación interior del local a la luz del día, o graduar la calidad del aire y, en caso de que suban los niveles de CO2, abrir una compuerta para renovarlo, así como regular la climatización en función de la afluencia de compradores.
En los primeros 60 minutos, eran ya muchas las personas que habían disfrutado de una nueva experiencia de compra como Diana, que se había escapado del trabajo "un ratito" para comprarse una camisa o Pilar, que se ha gastado 300 euros en ropa y complementos, "me considero adicta a Zara, me encanta y esta tienda me permite disfrutar".
Precisamente, este nuevo espacio, luminoso, amplio y con un mobiliario que hace un guiño a la arquitectura exterior de líneas cúbicas y minimalistas, "permite vivir una experiencia de compra más larga, relajada y sin agobios", expresa Pilar.
Para reforzar el atractivo de la tienda, Inditex incorpora el pago por móvil, el control de las prendas por radiofrecuencia que permite saber en el momento las existencias, los probadores con acceso de entrada y de salida directo a los terminales de pago o, en un futuro próximo, los probadores inteligentes. "Aún no están instalados, se están desarrollando", explican los responsables de Comunicación de Inditex, quienes aseguran que estos novedosos probadores "brindarán la oportunidad de ayudar al cliente con las tallas" sin necesidad de salir del probador, además de proponer cómo combinar distintas prendas como un asesor estilístico, eso sí, virtual.