Los accionistas de Bankia han aprobado la fusión con Caixabank que dará lugar al mayor banco de España, con más de 660.000 millones de euros en activos, cuotas de mercado de alrededor del 25%, más de 20 millones de clientes y llamada a mejorar la rentabilidad y el dividendo que hubiesen podido tener las entidades en solitario. Su visto bueno ha tenido lugar en una junta donde han concurrido 27.004 accionistas, entre los presentes y representados, dueños del 80,165% del banco. El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) copa en solitario un 61,81% de Bankia y tendrá el 16,1% en el grupo fusionado, además de sentar a una consejera en su máximo órgano de administración.
Un año para hacer efectiva la fusión
Falta que los accionistas de Caixabank aborden el proyecto en Junta, quedando después solo pendiente de recibir las correspondientes autorizaciones de las autoridades competentes, algo que se espera en el primer trimestre del 2021, para lanzar el ensamblaje efectivo y cerrar la integración operativa hacia final de ese mismo año. Durante la celebración de la Junta han hecho uso del turno de palabra los representantes sindicales para expresar preocupación por los ajustes que se avecinan, exigir un acuerdo negociado con salidas voluntarias y que las salidas no recaigan sobre la plantilla de Bankia.
Ajuste de empleo sin mirar el origen
“No tenemos dimensionado el proceso de reestructuración”, ha asegurado el presidente de Bankia y que lo será en el grupo fusionado, José Ignacio Goirigolzarri, garantizando que se buscará un convenio negociado con sindicatos y tratarán “que el máximo número de desvinculaciones sean voluntarias”, como siempre han hecho ambos bancos. El banquero ha garantizado que se utilizarán “criterios estrictamente meritocráticos” y “no de entidad de origen” a la hora de tomar decisiones sobre la reestructuración y ensamblaje de equipos, además de armonizar las condiciones y retribuciones. “En todo caso, todos sabemos que todos los procesos no son sencillos y requieren un proceso de comprensión, de paciencia y de gestión”, ha advertido. Lo que no ha aclarado es si habrá retribución variable, ya que dependerá de las cuentas cerradas en el 2020 y las recomendaciones al respecto del Banco Central Europeo (BCE).
Banca comercial, banca privada
Durante su intervención y a preguntas de otro de los accionistas que ha intervenido, Goirigolzarri ha vuelto a rechazar el modelo de banca pública para entidades comerciales como Bankia, con un tamaño y cuota de mercado significativo. “A mí no me parece correcto, me parece un error”, ha expresado, indicando que entidades así “se deben gestionar de forma profesional y con absoluta independencia” o “las posibilidades de fracasar son muy amplias”. “Yo creo que hoy lo que tendríamos que estar valorando es la gestión profesional e independiente que se ha producido en los últimos años”, ha emplazado, asegurando que gracias a ellos Bankia ha podido acometer el proceso de transformación realizado, dar servicio a la sociedad y alcanzar los niveles de solvencia y liquidez que permite apoyar a familias y empresas además de abrazar la creación de mayor banco del país. Recordó que prevén cosechar más de 1.000 millones al año en sinergias. Un impacto que se traducirá, dijo, en una mejora “significativa” de la rentabilidad y del dividendo. En concreto, el proyecto prevé que el beneficio por acción de la entidad combinada suba a los 0,33 céntimos por acción en el año 2022, “lo que supone un 28% superior al nivel que hubiera obtenido Caixabank de forma independiente y casi un 70% al de Bankia”, apuntó.